Redacción: Stephanie Cornejo/em> Follow @PS_UPC
Empieza nuestro viaje en una mañana soleada y con poca gente en las calles. Fuera del hotel José Antonio, cerca al cruce entre la avenida 28 de julio y la avenida José Larco en Miraflores, sólo se pasean dos vigilantes de seguridad, bajo sombra y bajo sol. A las 11:50 llega un joven de camisa y agenda, y se sienta en un muro cerca a los estacionamientos, pero además de él, no se ve a nadie más.
No hay turistas con maletas ni personas preguntando por direcciones. Pero quizá es por la hora o por la falta de promoción del nuevo servicio que promete abaratar los costos en trasladarse desde Miraflores hasta el aeropuerto internacional Jorge Chávez.
Los buses del Airport Express Lima tienen un sistema de horarios que deben cumplir. De 6 a.m. a a 9:30 a.m. parten cada media hora; de 10 a.m. a 5 p.m. la frecuencia es de una hora; y de 6 p.m. a 10 p.m. retoma la frecuencia de cada treinta minutos. El bus que debe partir ahora es el del mediodía. Al inicio es difícil reconocerlo: es de color crema, y no azul como se esperaba (la publicidad en Facebook nos jugó una mala pasada). Primero sube a bordo el joven de camisa y agenda, el guía, quien luego busca a los pasajeros con la mirada.
La labor del guía se limita a la zona de Miraflores. Comienza en el hotel José Antonio, luego al Marriott, al Hilton Lima, Casa Andina, el Double Tree, el Hotel Boulevard, y termina en el hotel Torreblanca, justo antes de ingresar al Circuito de Playas. El bus te recibe con un ambiente fresco, con aire acondicionado para cada asiento. El guía es hablador, y sonríe mucho mientras revisa el pasaje. Es él quien me dice que la empresa, a cargo de los gerentes irlandeses Will y Connor, tuvo unos nueve meses de negociaciones con LAP (Lima Airport Partnets) Perú para convertirse en el servicio oficial de buses. En noviembre se oficializó y a partir de ahí se organizaron los paraderos y los horarios. Su foco desde el inicio fue Miraflores por ser el centro turístico de Lima. De todas formas, abril sigue siendo su mes piloto.
El bus cuenta con los servicios que se anuncian en su web y en sus folletos. Tiene conexión a wifi, cargador usb entre los asientos, servicios higiénicos, y capacidad suficiente de equipaje pues no se especifica ningún límite de peso. Los asientos son reclinables y se puede medir el aire acondicionado. El tiempo no se siente, ni incluso cuando avisaron que habían tenido cierta demora en la zona de Miraflores. Hacia el aeropuerto partimos cerca a la una, sin ninguna otra parada.
UNA HORA DE VIAJE
Cinco turistas suben en el estacionamiento del aeropuerto, todos ellos internacionales. Hay otro guía en la entrada del bus de regreso, igual de hablador e igual de sonriente que el primero, pero no sube a bordo. El bus va en silencio, con un ligero eco de la radio del chofer. Esta vez, el viaje dura una hora hasta llegar al primer hotel de Miraflores, donde baja un joven con celular en mano y preguntando sobre un pedido de alfajores y chocolates. Más adelante, cerca al Parque Kennedy, baja uno de los últimos turistas, un hombre de acento portugués y cuya intención era caminar hasta el centro de Lima. Para las tres de la tarde, el bus ha terminado su recorrido del aeropuerto a Miraflores, volviendo al inicio, al hotel José Antonio, donde la ruta empieza de nuevo.
En líneas generales fue un viaje bastante cómodo que en cierta forma ayudará a ahorrar costos en el transporte hacia el aeropuerto, siempre que los pasajeros nacionales o turistas extranjeros vivan o estén alojados en lugares cercanos al distrito de Miraflores.
Los costos de un servicio de taxi desde el aeropuerto hacia Barranco, por ejemplo, bordean los 50 soles. Con el servicio de buses éste puede reducirse hasta 30 soles dado que el transporte en Lima Airport Express cuesta 20 soles (precio de promoción, que luego aumentará a 25 soles) y abordar luego un taxi desde el Hotel Hilton, en Miraflores, hasta Barranco no supera la suma de 10 soles.