Por: Tatyane Andrei
A partir de los años ’80, aproximadamente, dentro de un contexto musical, surgieron los carteles chicha, característicos por su llamativo color y tipografía. Todo comenzó dentro una familia huancaína dedicada a este arte donde sobresalió Elliot Urcuhuaranga Cárdenas, el popular Elliot Túpac. El diseñador y creador de lettering de afiches chicha comenzó a desarrollar su talento de manera natural, pues se formó desde muy temprana edad gracias a su padre, convirtiéndose en una labor cotidiana durante su niñez. Comenzó estudiando Economía, luego Comunicaciones, intentando formase un futuro “de niño no me planteaba vivir de esto, más bien me imaginaba ser artista plástico, pero uno se va dando cuenta de que quiere hacer algo rescatando su identidad gráfica, que pasó a convertirse en un modo de vida”.
Dice que su trabajo no es un tema de pasión, sino algo innato, algo que tiene en la cabeza y en las manos que lo hacen realizar grandes proyectos, simplemente es un don al cual supo explotar. Como muchos grandes artistas, Elliot quiso darle un significado más importante e imponente a su nombre añadiendo el “Túpac” en honor al personaje revolucionario Túpac Amaru, “hace que la gente lo asocie con lo cultural y lo peruano”. Su popularidad llegó en el 2004, cuando su obra fue parte de las famosas películas peruanas de Claudia Llosa “Madeinusa” y “La Teta Asustada” y como portadas de revistas en Somos de El Comercio y Creative Review en Londres, de alguna forma reivindicó el arte.
“Los carteles surgen a raíz de la vinculación entre la música andina o tropical andina y la grafía. Cuando surge la movida chicha, también sale la teoría gráfica de publicitar estos eventos mediante afiches y son estos los que adoptan el nombre chicha para dar reconocimiento a esta movida musical”. Sin embargo, como dice el dicho “entre gustos y colores no han escrito los autores”, este tipo de arte popular urbano no gustó a todos los sectores de la población peruana, en especial a la limeña, porque es donde sus carteles estaban más presentes “hay de todo, definitivamente cuando uno hace algo tienes que entender que no vas a tener la admiración de todos. Hay gente que probablemente al hecho que le ponga color al trabajo, lo ve y lo socializa a lo chicha y no le agrada. Pero la ignorancia es tal que no descubren el tema del diseño y se centran solo en el color”.
Este trabajo, como cualquier otro, es un tema de compromiso con uno mismo y eso lo demuestra Elliot Túpac en cada obra y exposición que realiza a lo largo del mundo.
Foto:refrescodelimonada.blogspot.pe