Por Daniel Robles Chian.
Ni el karate, ni el fútbol y mucho menos la natación. Antes de los 15 años, Eduardo Romay había probado distintos deportes y ninguno lo había cautivado. “En algunos de esos deportes, no congeniaba con los entrenadores. No me gustaba que me den órdenes. Pero en el vóley, mis maestros en vez de verme como un alumno más, vieron en mí un proyecto a futuro”, dice Romay. En la actualidad, sus dos metros de estatura le brindan una gran ventaja frente a sus rivales, pero solo su esfuerzo y disciplina le han permitido ser parte de la Selección Masculina de Vóley Sala y, también, de la de Vóley Playa. Tiene 21 años y un futuro prometedor.
Entre sus principales logros internacionales, se encuentra el 5to lugar en el Sudamericano Sub23 del 2016, disputado en Colombia; y el 1er puesto en la segunda fase del Continental Cup (vóley playa), en el 2015. En el ámbito nacional, el año pasado fue escogido como 2do Mejor Central de la Liga Nacional de Vóley Masculino. Representó al Club Regatas Lima, equipo que se colocó en el segundo lugar de la liga. Romay ha logrado sobresalir en las 2 modalidades de vóley y, además de sus logros individuales, se ha convertido en un ejemplo para las siguientes generaciones.