Willaq Pirqa—traducida al español como pared que habla—es la película del momento. La cinta dirigida por el ayacuchano César Galindo y protagonizada por Víctor Acurio lleva más de 12 semanas en cartelera y se ha convertido en la película peruana en quechua más vista en las salas de cine. El filme ha sido muy bien recibido por los espectadores, logrando llevar más de 80 mil asistentes a disfrutarla en la gran pantalla.
El estreno de la película trajo de vuelta a la mesa el debate sobre la importancia de la difusión y el respeto del idioma quechua. Punto Seguido conversó con Luis Medina, traductor y profesor quechua en Idiomas Católica. El profesor explica que, a pesar del avance que significa tener una película enteramente quechua en el cine, aún falta mucho por hacer.
“Willaq Pirqa estuvo presente en muy pocas regiones. No más de cinco. (…) Desde el Estado y la sociedad civil se deben implementar políticas públicas que garanticen los derechos lingüísticos y culturales de los pueblos originarios. Hay una responsabilidad grande y compartida, especialmente, desde los gobiernos regionales, las autoridades provinciales y distritales y, además, las UGEL. Son ellos quienes deben garantizar y llevar a la práctica los derechos lingüísticos, mediante la producción cultural e intelectual en la propia lengua, educación en la propia lengua, etc., y la sociedad civil tiene el derecho y la potestad de exigirlo”, declaró Medina.
En el Perú, 13.9% de la población tiene el quechua como lengua materna. En este sentido, en las últimas décadas, desde el Congreso, se viene trabajando por la preservación, el respeto y la promoción de los derechos lingüísticos de los ciudadanos, así como de la propia lengua quechua.
“Hay avances en lo que concierne a los derechos lingüísticos y culturales. Existe un mayor acceso al debate, a la información y la interacción social (…) Todo este renacer que estamos viviendo no inició mágicamente: es producto de luchas políticas y los debates ideológicos. Son conquistas logradas. Por ejemplo, Paulina Arpasi fue la primera mujer indígena—aimara—que llegó al Congreso. Arpasi fue presidenta de la Comisión de Amazonía, Asuntos Indígenas y Afroperuanos y de la Comisión Especial Revisora de la Legislación de Comunidades Campesinas y Comunidades Nativas. Ella creó la Comisión Especial Revisora de la legislación sobre las comunidades campesinas y comunidades nativas, Ley 28150, que tiene como propósito estudiar la legislación nacional sobre el tema y establecer una ley general a beneficio del campesinado”, mencionó Medina.
Medina, además, resaltó el rol de otros exparlamentarios, como María Sumire, la responsable de promover la Ley que regula el uso, preservación, desarrollo, recuperación, fomento y difusión de las lenguas originarias del Perú.
“También hay que recordar a legisladores quechuas como María Sumire quien, desde el Parlamento, buscó combatir la discriminación y el racismo. Dos prácticas que son ahora consideradas delitos. Sumire creó el Proyecto de Ley 806, que posteriormente se convirtió en la Ley 29735, que regula el uso, preservación, desarrollo, recuperación, fomento y difusión de las lenguas originarias del Perú. Esta norma ha permitido la creación de la Dirección de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura, la edición del mapa etnolingüístico de la Educación Intercultural Bilingüe por el Ministerio de Educación. Ahora, es la base para la futura creación del Instituto de Lenguas Indígenas”, señala el profesor.
Asimismo, el profesor recalcó que, aunque desde el arte es posible crear conciencia sobre el respeto al quechua, es necesario combatir el racismo desde la educación.
“Una ideología se combate con otra ideología. Aquí es cuando entra el discurso de la igualdad, la convivencia, el respeto por el otro, la interculturalidad, ¿se puede aportar desde el arte? Sí, pero sobre todo desde las escuelas y las universidades. La educación juega aquí un rol muy importante”, explicó Medina.
Finalmente, como quechuahablante, el profesor siente que la nueva ola del cine peruano que ha traído películas como Wiñay Pacha y Retablo es un hito. Desde los Andes, están naciendo nuevas producciones de calidad; sin embargo, queda trabajo por hacer.
“Antes ya habíamos tenido películas destacadas como “La teta asustada” o “Madeinusa”, aunque con los estereotipos del hombre occidental. Es gratificante ver los avances, que exista películas quechuas producidas por hombres quechuas. Con respecto al debate, creo que no hubo, sino muchos elogios para la película. Aún falta tomar distancia de Willaq Pirqa y generar los debates necesarios”, precisó Medina.