Cien años de soledad está de aniversario: cumple 50 años de publicación. Su autor, Gabriel García Márquez, previamente escribió 7 cuentos en diferentes revistas y periódicos de Latinoamérica para dar a conocer la historia de Macondo.
Redacción: Julio Melgarejo
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50 años después, en la gloria del paraíso terrenal, Gabriel García Márquez había de recordar aquella tarde remota en que las 500 hojas del manuscrito de Cien años de soledad fue enviado a la editorial Sudamericana, en Buenos Aires, tras 18 meses de descomunal trabajo. El escrito se dividió en dos partes. ‘Gabo’, como lo llamaban sus amigos, y su esposa, Mercedes Barcha, no tenían dinero para pagar todo el envío y lo partieron. Tuvieron que vender, como si fuesen el Coronel y su esposa, del Coronel no tiene quien le escriba otra gran novela del colombiano, todos los artefactos domésticos que tenían en su pequeña casa de la calle La Loma número 19, barrio San Ángel, Ciudad de México, para terminar el pago de la segunda parte.
García Márquez se asustó después de leer su obra. “Cuando leí lo que llevaba escrito tuve la desmoralizante impresión de estar metido en una aventura que lo mismo podía ser afortunada que catastrófica”, le escribió a un amigo en una carta. Mercedes, su mujer, también estaba asustada. Ella nunca avizoró sobre la grandeza que llegaría tener la obra de su esposo y, a manera de oscura predicción, dijo:
–Lo único que falta ahora es que la novela sea mala.
Lo único que ocurrió fue que Gabo se convirtió en unos de los más grandes del Boom Latinoamericano, y quizás, de la literatura universal.
Perdidos en el tiempo
Hoy, 30 de mayo del 2017, se cumple medio siglo de la publicación de Cien años de soledad. No obstante, hubieron 7 capítulos que fueron enviados y publicados a diferentes periódicos y revistas de más de 20 países del mundo.
Se pensó que estos capítulos eran idénticos a la obra publicada por Sudamericana en 1967. No fue así. García Márquez tuvo diversos cambios en el lenguaje de la obra, la descripción de personajes, ubicación de escenas o estructura. El valor de estos cambios es fundamental para conocer la evolución literaria del nobel colombiano.
El 1 de mayo de 1966, un año antes de la edición final, El Espectador de Colombia, publicó el primer capítulo externo de Cien años de soledad de Gabo. Según El País, hay 42 modificaciones entre el primer capítulo de la obra con este. Desde cambios simples en el uso de palabras para escenificar algo, hasta la ubicación de Macondo en el mapa. El nacimiento del coronel Buendía fue descrito como un evento fantástico: “(El coronel) Había llorado en el vientre de su madre y nació con los ojos abiertos”, en la versión de El Espectador no fue tan majestuoso su origen: “La comadrona le daba ‘tres nalgadas enérgicas’ para hacerle llorar”.
Además de éste, existieron 6 capítulos que fueron publicados en medios que llegaban a todo el mundo: Nuevo mundo de París, Eco de Colombia, Diálogos de México, Primera Plana de Argentina y Amaru de Perú. A diferencia de la novela, en estos cuentos se aprecia que el dramatismo es más limitado. Por ejemplo, cuando nace Aureliano Buendía, Úrsula se preocupó de qué su hijo naciera con cola de cerdo, así que lo observó, el pequeño llegó al mundo como “un hijo saludable”, escribe García Márquez en su cuento publicado en Nuevo mundo. Este evento, en la novela, se trata con un dramatismo fulgurante: “(Úrsula) Dio a luz un hijo con todas sus partes humanas”.
Estos capítulos son la prueba fehaciente del gran trabajo de edición que tuvo el escritor colombiano. Gracias a estos, también, Gabriel García Márquez dejó de pensar que su obra sería una “afortunada catástrofe”. Se esfumó la “desmoralizante impresión” que tuvo al leer su novela. Gabo entendió que su obra estaba destinada a la excelencia dentro de la literatura universal.