Fernando Franco, de 47 años e ingeniero de sistemas de profesión, tiene una de las colecciones más envidiables de la actualidad. En su búnker—como así ha denominado a su sagrada habitación— posee alrededor de 65 mil cómics que ha recolectado a través de los años, posicionándolo como la persona con la colección de cómics más grande de Latinoamérica.
Escribe: Marylin Farroñay y Rosángelica Quispe
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Todo empezó en 1975. Sus padres, en un afán de mantenerlo distraído, le regalaron sus primeros cómics cuando apenas era solo un niño. Gracias a ello, Fernando se interesó en la lectura; pero, sobre todo, descubrió un nuevo mundo que le permitió volar su imaginación. Dejó en su niñez los cómics del Pato Donald—el primero de su gran colección—y se dedicó a cazar los que más le llamaban la atención: los superhéroes.
En aquel entonces comprar cómics no era tan difícil para él. “En ese tiempo las revistas no eran tan caras”, recuerda. “Costaba 0.50 céntimos cada una, una propina del colegio prácticamente”. Pero además de baratas, según Fernando Franco, su contenido también era bastante distinto, mucho más infantil y menos complejo. “Las traducciones eran fáciles de entender, con historias sencillas para que los niños pudieran comprenderla, mientras que la historia original era muy diferente”; sin embargo, con el boom de Superman en los años 80, las historias cambiaron con argumentos y personajes mucho más adultos. “Era más interesante porque no solo veíamos que el superhéroe ganaba, sino también que sangraba y sufría para lograrlo”, cuenta.
A pesar de haberse alejado de los cómics durante la universidad, retomó con su colección con un hecho que marcó la historia del noveno arte: la muerte de Superman. Fue así que el número de cómics que coleccionó era tan grande que le resulta aún imposible de leerlas. “Ni mi familia conoce todo lo que está en el búnker”, afirma.
La cantidad de revistas que posee están ordenadas, actualmente, por año, fechas, títulos y personajes en un espacio que construyó, exclusivamente, para mantenerlas ordenadas y cerca de él cuando salió de casa; sin embargo, todo empezó debajo de su colchón. “Empecé con 30 revistas de 100 números que guardaba en una caja de leche Gloria debajo de mi cama. Llegó un punto que creció tanto que ésta empezó a levantarse”, dice.
«Es una catarsis»
Para Fernando, un fiel seguidor del Universo DC, en Perú el coleccionar cómics no es un simple deporte, es algo que realmente cuesta invertir, ordenar y tener mucha paciencia, pero también significa un hobby sano que lo mantiene relajado. «Me distrae bastante, es una catarsis. Me traslada a otro mundo donde dejo de lado mis problemas».
Aún cuando Batman y Superman sean sus personajes favoritos, también se considera a sí mismo un admirador del Universo Marvel y cree que el éxito de sus películas—como el esperado estreno de Avengers: End Game— ha aumentado el interés de los jóvenes por los cómics. “La gente se ha interesado mucho de ver el background del personaje. ¿Quién es Bruce? ¿Quién es Ironman? Todo ha sido una buena estrategia de marketing para relanzar el personaje”.
Fernando Franco, quien también colecciona funkos y escribe guiones, actualmente está realizando uno para el Día del Cómic Festival, el cual se realizará los primeros días de Mayo. Además, recomienda a los seguidores de Punto Seguido empezar con la lectura de Batman, Superman y Spiderman, sus personajes favoritos de toda la vida.
Conoce un poco más de él en el siguiente vídeo: