Foto: Andina.pe
La alta cifra de contagios, la falta de acceso al agua potable y la muerte de tres pobladores han revelado la vulnerabilidad en la que viven los habitantes de Cantagallo. ¿Cuál ha sido la respuesta de las autoridades frente a esta situación?
Escribe: Fiorella Gallardo
En plena pandemia por COVID-19, la población de Cantagallo, ubicada a quince cuadras de Palacio de Gobierno, se ha convertido en una de las más vulnerables del país. La zona alberga alrededor de 450 niños y medio centenar de ancianos de la comunidad Shipibo-Konibo y ha presentado aproximadamente 73 % de casos positivos al coronavirus en las últimas 656 pruebas realizadas. Al respecto, la jefa del Programa de Pueblos Indígenas, Nelly Aedo, ha comentado que “desde la Defensoría se observó que inicialmente el Gobierno no previó medidas específicas para la atención de la población indígena”.
Para la especialista, uno de los factores que explica el alto porcentaje de infectados por el mortal virus respiratorio son las condiciones de vida que enfrenta la comunidad. Los pobladores no tienen acceso a los servicios básicos de agua potable, un recurso esencial para prevenir la enfermedad. “Lamentamos mucho que luego del incendio del 2016 se haya demorado tanto en la entrega de las viviendas, para lo cual se comprometió el Ministerio de Vivienda, las Municipalidades del Rímac y de Lima “, indicó Aedo.
Ante la preocupante situación, la funcionaria de la Defensoría del Pueblo declaró que han venido monitoreando la instalación de una carpa de campaña en coordinación con el puesto de salud de Piedra Liza, con el cual se viene implementando un Plan de Atención. Sin embargo, Aedo hizo énfasis en la necesidad de una atención permanente. “¿Qué quiere decir esto? Se monitorea a los que se han contagiado, pero también se trabaja para prevenir más casos”, informó.
Asimismo, la jefa del Programa de Pueblos Indígenas explicó que se ha solicitado al Ministerio de Cultura que trabaje en coordinación con las cuatro organizaciones de la comunidad para que, dentro del marco de asistencia, se pueda apoyar con la dotación de alimentos permanentes. De igual manera, un pedido a la Municipalidad del distrito ha sido el recojo de residuos sólidos de forma constante para garantizar las condiciones básicas de salubridad.
Un pedido a las autoridades
Vladimir Inuma, dirigente Shipibo-Konibo, anunció que ante la situación que enfrenta no solo Cantagallo, sino su comunidad en Ucayali ha presentado con el equipo técnico una acción de amparo avalada por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) y por el Instituto de Defensa Legal (IDL). “El Estado respondió que está dictaminando y en un mes recién nos van a dar la respuesta”, explicó Vladimir.
Sin embargo, la población no confía en una pronta contestación, por lo que se encuentra combatiendo el virus con medicinas naturales y gracias al apoyo de amigos. “Hemos articulado lo que es la medicina natural con la medicina académica. Una amiga de la comunidad, del ministerio de Comercio Exterior y Turismo, nos ha traído azitromicina, prednisiona, paracetamol y apronax”, comentó el dirigente.