Los nervios te pueden jugar en contra si no sabes cómo dominarlos antes de salir a escena. Por ello, existen cinco métodos que se tienen que llevar a cabo para enfrentar esta inquietud.
Escribe: Carla Portocarrero.
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Eran las cinco de la tarde. Tenían que salir a escena. Era un público en el que uno no sabía cómo iba a reaccionar. Posiblemente algunos con una carcajada, otros con un silencio profundo como si no tuviera fin. Un actor, profesor, político, filósofo y toda persona que se expone al público lo que busca es captar la atención: ese que esté concentrado en lo que dice el expositor y que ante una broma o engaño reaccione sorpresivamente o con aplausos. Ese tipo de público es lo que uno quiere y anhela.
Sin embargo, para lograr que las circunstancias actúen en beneficio del expositor se necesita preparación. En donde tienes que dejar los nervios de lado y concentrarte en lo que vas a decir ante el público. Ciertamente en algunos ambientes tienes más libertades de hacer lo que uno desea a comparación de otros, pues es dependiendo del tipo de público que se tenga. Ello lo debe saber a la perfección la persona que se presenta ante la audiencia seguidamente. Por ejemplo, para una actriz o un profesor, que ya tiene más experiencia sobre el terreno de juego, es mucho más fácil salir a escena que para un estudiante que contará, por primera vez, detalles sobre un libro que acaba de publicar.
Chau nervios
Por ello, se deben conocer los cinco métodos básicos para que no te traicionen los nervios. Asimismo, estas técnicas no solo lo deben saber los grandes oradores, sino toda persona que tenga la opción de presentarse ante un público masivo. Uno de los requisitos es hacer calentamiento vocal por lo menos de 15 a 20 minutos con el fin de evitar un daño en las cuerdas vocales. La segunda táctica es estirar el cuerpo como los brazos, las piernas y el cuello para descontracturarlos y no estar tenso ante el público. La tercera táctica para prevenir los nervios es que uno tenga aprendido y claro lo que va a manifestar en el discurso u obra que se presente. Pues, saber un texto a medias es sinónimo de inseguridad e inestabilidad, ya que te juega en contra y te pone nervioso.
El cuarto mecanismo para que exista un buen ambiente entre el exponente y el público es crear situaciones divertidas y graciosas para que uno pueda reírse constantemente y no estar todo el día serio y con desgano. Por ello cuando se sale a escena se debe emplear el método de la risa para relajarse. “Lo que hago generalmente es hacer un chiste sobre mi misma para que la gente se ría. Este método llamado rompe hielo hace que el público sienta que está de igual a igual con la persona que está en el escenario”, sostuvo Patricia Portocarrero, actriz y claun desde hace 22 años.
El quinto y último método antes de salir a una presentación es inhalar y exhalar por 10 minutos unas 20 veces así como beber un mate para controlar los nervios y estar tranquilo: “media hora antes de una presentación me preparo interiormente y exteriormente. Me gusta estar a solas para concentrarme y repasar mediante tarjetas de ayuda memoria donde tengo las ideas centrales de lo que voy a exponer, lo cual me causa tranquilidad”, cuenta Carlos Ulises, docente, desde el 2014, del curso de Taller de Proyectos Periodísticos 1 y 2 en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
Por último, conocer los métodos para que un orador se pueda presentar al público sin ponerse nervioso es fundamental. De esa manera, podrá demostrar que conoce su tema, lo domina y brinda lo mejor de sí para desenvolverse ante la audiencia. Los consejos que brinda el profesor y la actriz para evitar tales nerviosismos deben ser tomados en cuenta y aplicables para cualquier persona que se presente ante un gran número de espectadores.