Si sigues pensando que en el ‘barrio chino’ solo encontrarás ‘chifas’ y galletas de la suerte, debes volver a visitar la Calle Capón.
Redacción: Estefano Matta Garratt
Rodeada de puestos desordenados y de un olor nada agradable, nos recibe la pomposa Calle Capón. Adornos orientales en cada puesto del alargado pasaje se exhiben sin control. Transitado por un sinfín de personas durante todo el día, el espacio se ajusta y no deja caminar con normalidad. Luce atiborrado de decoraciones, galerías, señales y restaurantes.
En el ‘barrio chino’ puedes encontrar de todo. Y si afirmamos, que de todo, es de todo. Desde verduras hasta artefactos electrónicos y muñecos de acción pueden adquirirse en la popular calle.
Por supuesto, los artefactos referentes de la cultura china son los que más abundan. Los budas se pueden conseguir de todos los tamaños y colores. Sus precios oscilan desde los 70 soles hasta los más pequeños que cuestan 25. También están los Maneki-neko en su nombre en chino o los ‘gatos de la suerte’, como se los conoce popularmente. Tienen precios más accesibles que van desde los 30 nuevos soles hasta los 10, y también tienen una diversidad de colores.
En lo que respecta a los productos culinarios, la Calle Capón nos deleita con sus carnes expuestas al aire libre y otras guardadas en los mostradores. Cerdo, pollo, pato, gallina y carne son las proteínas que nos ofrecen. Todos asados. Lejos de la sal, también hay platos dulces. Los bocaditos chinos son muy conocidos dentro de nuestra sociedad. Harina de arroz y fréjol, dulce de harina de loto y el turrón chino son algunos de ellos.
Pero no es lo único que encontramos: una oleada de adornos de la India han sacudido a la competencia. “La Calle Capón se ha caracterizado por traer y vender productos de la cultura India en los últimos años”, dice uno de los vendedores de la Galería Comercial Barrio Chino. Estatuillas de los dioses de la religión hindú, inciensos y elefantes en cuarzo y miniatura se venden en los puestos de la galería.
Y si no estás contento en comprar adornos tradicionales, el Barrio Chino dispone también de artefactos modernos y de uso cotidiano. ¡Nada se les escapa! Radios, equipos celulares, ropa, utensilios de cocina, muñecos de acción y mucho más son una buena alternativa para los consumidores.
En 1849 llegaron al Perú cientos de inmigrantes chinos. Hoy, en la Calle Capón, apenas se pueden ver algunos descendientes asiáticos en los ‘chifas’ de la zona o donde se venden productos orientales. Todos los demás son peruanos que trabajan para más peruanos que decidieron emprender su negocio en el lugar. Son ciudadanos de este país los que venden los adornos característicos chinos en su gran mayoría. Al ‘barrio chino’ lo que le queda de chino es el nombre y la decoración.
Video: Oscar Miranda