Cinco artistas intervienen para crear un cuadro artístico con un trasfondo psicológico.
Escribe: Fabrizio Jauregui
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Jaime Lema, psicólogo y artista autodidacta, creó el taller de dibujo y pintura “Pasajeros Divergentes”, con la iniciativa de realizar una intervención artística entre cinco o más personas. Una innovación que se basa en la intervención de cinco artistas en un cuadro, algo que surgió como un juego.
Cinco personas reunidas en una casa pintan de forma libre lo primero que se les viene a la mente. Tienen que darle rienda suelta a la imaginación. El procedimiento es simple: se les brinda una cartulina a cada participante, luego de un tiempo deben pasarlo a la persona de su derecha, y así hasta que terminen las dos canciones.
“La primera sesión entramos a las cuatro de la tarde y salimos a once, cerca de seis horas dibujando. En un momento de la exposición propuse algo psicológico. Quise ver como reaccionaba. Quise probar si habrá una conexión entre todos los artistas que están reunidos aquí que están participando ¿Habrá alguna conexión? ?Algo unísono ?”, menciona Lema.
La reunión fue en la casa de Flora Bandini (artista plástica). Los asistentes fueron: Renzo Campodónico (artista de corriente alterna), Roman Fernandez (arquitecto y artista), Diego Figueroa (autodidacta) y Jaime Lema. La sorpresa del grupo fue grande al darse cuenta que el cuadro tenía una gran armonía y parecía hecho por una persona. A su vez, todos coincidieron que la música era un factor importante al momento de pintar.
“Terminada las 5 obras , cuando terminamos el esposo de la chica de la casa dijo por qué no analizamos la obra y le ponemos un título. Todos dijeron que sí, esto es lo especial de este grupo, todos dicen que sí. Nadie se opuso. Así nos pasamos una ronda completa. Había una chica que apuntaba todos los títulos.”
Nace el proyecto
Durante unos meses se realizó esta prueba en otros lugares. La primera vez la producción de las obras demoró unas cuatro horas, inclusive hubo espacios en blanco. En la siguiente oportunidad desaparecieron esos vacíos. Con el tiempo se mejoró la armonía de colores y se dio inicio al proyecto.
“Eso que hicimos sirvió de terapia. Algunos de los integrantes era gente muy tímida, como es la generalidad de muchos artistas. Muy retraídos, no hablaban, estaban concentrados en lo que hacían, conforme pasó el tiempo fueron más sociables. Se convirtió ya en una reunión de amigos. Las personas cambian. Se dio una relación buena mediante el arte.”, sostiene Lema.
Este experimento inició en junio y duró hasta octubre. Luego fueron buscando clientes o alguna exposición para exhibir el arte. Para eso, Lema ya se había adelantado y empezó a conversar con empresarios y personas interesadas de varios países.
Mientras pasaba todo esto, surgió el nombre de ‘Pasajeros divergentes’, un taller de dibujo y pintura que busca explorar los puntos en común de las personas a través del arte en un espacio determinado.