Uno de los problemas más comunes en niños debido a la pandemia es el estrés por las clases virtuales, afirma la psicóloga Vanesa Pimentel.
Escribe: Aarón Torres
Foto: Aarón Torres
La pandemia es un fenómeno global que afectó a millones de personas, entre ellas, los niños. Las cuarentenas prolongadas y la prohibición de reuniones condicionaron su estilo de vida tal y como lo conocieron. Según datos del Ministerio de Educación, durante el último año se incrementó el número de hospitalizaciones por depresión en un 50%.
Anderson, estudiante de 10 años, y sus padres vivieron un drama al inicio de las clases escolares durante el 2020. La salud mental de todos los integrantes de su familia empeoró significativamente debido a la obligación de llevar clases virtuales, además de los problemas económicos y la incertidumbre por la pandemia. Problema que continúa hasta la actualidad.
«Yo fui al colegio el año pasado. Fui por un par de días antes de que inicie la cuarentena», narra Anderson mientras su mamá lo motiva a dar más detalles a través de una videoconferencia. El niño, quien cursa el 6to de primaria, afirma que todo era normal: ver a sus amigos, jugar, hacer su vida normal. «Es un niño bien inquieto, es difícil hacer que se quede en un solo lugar», narra Mercedes, mamá de Anderson. Ella manifiesta que la cuarentena prolongada fue terrible: «lloraba por salir, me pedía ver a sus amigos, pero era imposible. Solo lo llevaba a la bodega y de ahí no salía», afirma Mercedes. Por su parte, Mercedes se sentía impotente al no poder ayudar a su único hijo. Las clases de matemática e historia fueron las más complicadas. Los temas no estaban del todo claros y el acceso a los materiales de estudio provocó en ella la sensación de no poder adaptarse.
Si bien la educación virtual ya existía, fue la pandemia la que hizo despegar este método de estudio. A pesar de las múltiples ventajas de la educación remota, en un país como el Perú esto implica muchos retos que hasta hoy las autoridades no pueden subsanar. En declaraciones para el diario Gestión, Justo Zaragoza, director del grupo Educación al Futuro, menciona que algunos colegios no han implementado la educación virtual. Los que lograron hacerlo, presentan un desconocimiento de las herramientas virtuales y hasta el punto de considerarlas inútil. Mercedes sentía la obligación de estar con su hijo a pesar de no entender los temas. Ella trabaja vendiendo sus productos en una bodega pequeña desde hace varios años.
Anderson y su familia, como muchas otras, sufrieron los estragos de la pandemia. El colegio privado en el que él estudiaba lo sobrecargó de obligaciones. Según un informe técnico titulado “Salud mental en niños y adolescentes en días de pandemia” elaborado por Unicef y el Ministerio de Salud, 3 de cada 10 niños y adolescentes de entre 6 a 17 años fueron considerados por los especialistas en riesgo de presentar un problema de salud mental. «Yo también vivía estresada. Los temas que le enseñaban a veces no los entendía y tenía que revisar la clase. Es un trabajo que hacía ocasionalmente pero no estaba acostumbrada», menciona Mercedes con una sonrisa tímida en el rostro. Según el mismo estudio entre Unicef y el Minsa, en referencia a los apoderados, se evidenció que una quinta parte de ellos presenta síntomas depresivos.
En declaraciones para el portal Ojo Público, la psicóloga infantil Jessica Cornejo Cuzzi indica que las consecuencias de la pandemia se vieron reflejadas en el desarrollo físico y el ambiente familiar. Cornejo asegura que una relación afectiva entre padres podría mitigar en parte los efectos de la pandemia producto del encierro prolongado del que formaron parte. Asimismo, indica que la aparición de síntomas depresivos en niños es producto del descuido de los padres al no actuar de forma oportuna.
“Anderson se saltaba las clases, a veces lo encontraba jugando y le tenía que decir que preste atención porque, si tenía dudas, él no las podría resolver al mirar el video de la clase grabada”, aclara Mercedes. Ella sintió que la responsabilidad de su hijo por las clases se perdía poco a poco. No solo por parte de su hijo, sino de los profesores, quienes priorizan el envío de material práctico más no teórico. “Los profesores decían que todo estaba en el video que les compartió al inicio de clase, y cerraban la sesión. Así los niños no aprenden nada, estoy pagando por las puras”, dice Mercedes.
En esa misma línea, la psicóloga educativa Vanessa Pimentel, en declaraciones para Punto Seguido, afirma que otro de los problemas más comunes en los niños es el estrés por las clases virtuales: «Ellos sentían que aumentó considerablemente el flujo de trabajo, por lo que no terminaban del todo satisfechos por las clases virtuales. Ellos creían que pronto regresarían a las clases presenciales, pero no fue así». Vanessa, además, pone énfasis en la necesidad de contar con psicólogos en cada establecimiento educativo. «En caso de problemas graves se tiene que derivar al psicólogo encargado en cada área». Entre estos problemas se encuentran el estrés causado por las labores escolares, la depresión por no salir y el bajo desempeño académico que los alumnos puedan presentar.
Así mismo, habla de otro problema ligado a las clases virtuales: el sentido de responsabilidad. Ella afirma que la posibilidad de dar a elegir a un alumno si entra o no a la clase desvirtúa el sentido de responsabilidad que ellos deben tener. La posibilidad de ver las clases un sinnúmero de veces provocó que los alumnos pierdan la necesidad de estar atentos a la clase entera al poder pausar y retroceder hasta los momentos importantes. «Pueden entrar a la hora que quieran, cuando quieran, a veces no lo hacen. Algunas veces son apoyados por los propios padres», concluye.
¿Qué se espera para el 2021?
«El año escolar ya empezó, trato de ayudarlo a organizarlo mejor. Es la mejor forma de tratar de superar la pandemia hasta el retorno a las clases presenciales y no colapsar antes de tiempo», afirma Mercedes, mamá de Anderson, entre risas. Según datos del Ministerio de Educación, cerca de 210.868 alumnos interrumpieron su año escolar por razones económicas y de salud. Ante ello, algunos expertos afirman que habrá muchos más cambios respecto al año pasado. Por ejemplo, en base a las cifras del Minedu, 110.000 alumnos se trasladaron de un colegio particular a otro nacional, por lo que se espera que durante el 2021 ese número se mantenga y aumente progresivamente este año.
Respecto a la salud mental, la psicóloga Vanessa Pimentel afirma que los alumnos mejorarán respecto al año pasado ya que conocen el método de enseñanza, así como el sistema y el flujo de trabajo que representa la educación remota. “En el caso de los niños que hayan tenido que cambiar de centro educativo, el periodo de incertidumbre aumentará”, afirma Pimentel. Asimismo, asegura que es importante que los padres hayan aprendido de los errores del año pasado, así como perder el miedo de buscar ayuda profesional en caso lo necesiten. Reafirma su posición respecto a la implementación del área de psicología educacional que permita llevar los momentos de soledad y tristeza durante la pandemia.