Foto: Joel Espensa
¿Cuál es el reto para los fotoperiodistas en el contexto de coronavirus ( covid-19)?, ¿Qué tan expuestos están estos profesionales? Tres fotoperiodistas nos cuentan sus experiencias y anécdotas de los días que han salido a las calles a cubrir la realidad fuera del aislamiento.
Escribe: Marlenne Saavedra
Vivimos un momento único. Este aislamiento social nos obliga a quedarnos en casa y nos priva principalmente de nuestra libertad y el trabajo. Sin embargo, no todo es tan malo y esto puede ser una buena oportunidad de labor y producción. Es así que los fotoperiodistas registran este periodo con la finalidad de documentar la realidad y, a través de ella, generar recuerdos que nos permitan reflexionar.
En la actualidad, la labor de los fotoperiodistas es más necesaria que nunca debido al manejo de información: no solo se trata solo de tener un buen material o equipo, sino de cómo hacer llegar ese trabajo a los medios de comunicación. En las últimas semanas, estos profesionales han sido de mucha importancia para conocer lo que está ocurriendo más allá de las cifras de personas contagiadas por Covid-19. Los números resultan insuficientes para conocer las dimensiones de la pandemia y sus efectos, porque no dan cuenta de los individuos ni sus historias.
Los fotoperiodistas tienen presente que su tarea no solo se basa en la documentación de un contexto determinado; también crean vínculos con personas y situaciones, y buscan de alguna manera que sean vistas por el mundo entero. Es por ello, que estos profesionales son, durante esta cuarentena, los ojos de quienes permanecen en casa y no pueden observar de manera directa la verdad de muchos.
Tres fotoperiodistas de reconocidos medios de comunicación en el país nos cuentan su experiencia en sus diferentes comisiones durante la pandemia, que no solo ha cambiado la manera de realizar su trabajo, sino que les ha permitido conocer más a fondo la problemática que genera este virus.
Aldair Mejía
“Los fotoperiodistas que están en las calles pertenecen a la nueva generación. Los fotógrafos con años de experiencia son personas vulnerables”.
Foto: Aldair Mejía
Aldair Mejía es fotoperiodista y reportero gráfico del diario La República. Con años de experiencia en medios de comunicación, cuenta que su trabajo se ha visto afectado debido al coronavirus.
”Las preocupaciones que enfrentamos antes de esta pandemia tenían que ver con el robo de los equipos de trabajo en lugares peligrosos. Sin embargo, ahora nuestro temor es el de contagiarnos”, confiesa Mejía. Del mismo modo, señala que viene trabajando desde que el presidente Martín Vizcarra anunció el estado de emergencia.
Mejía considera que todo lo sucedido es histórico y pretende mostrar a las futuras generaciones cómo se vivó una pandemia en el Perú, por lo que toma las precauciones del caso antes de hacer sus comisiones, que en su mayoría han sido dentro de hospitales. El diario en el que trabaja cumple con sus trabajadores brindándoles mascarillas, guantes, lentes y alcohol. Y. sobre todo, con cámaras especiales que cuentan con lentes de 35 y 50 milímetros que permiten capturar imágenes a mayor distancia.
“La experiencia de fotografiar en hospitales ha sido muy fuerte. Choca demasiado ver personas enfermas en los asientos, pasillos, pisos y en la zona de emergencia. Muchos de ellos llegaban con síntomas como tos suave, pero los médicos los diagnosticaban como contagiados de Covid-19, y en efecto esa era la realidad del paciente”, comentó.
Su proceso de trabajo ha sido muy radical, tanto en lo profesional como en lo personal. Por un lado, a la hora de ingresar a los hospitales, lo hace con unos mamelucos especiales que lo protegen del contacto de otras personas. Pasar dos o tres horas por esos pasillos hace que sus sentimientos salgan a flote y quiera ayudar a todas esas personas enfermas y a sus familiares. En ese sentido, Aldair es consciente de que debe ser cuidadoso porque entiende el momento difícil por el que están pasando, pero su objetivo es conseguir la mejor foto con las mejores expresiones y ángulos que reflejen la realidad.
Joel Espensa
“Los fotoperiodistas somos los ojos de las personas que no pueden ver”.
Foto: Joel Espensa
Joel Espensa, fotoperiodista del Grupo El comercio, comenta que sus colegas que se encuentran en las calles han tenido que aprender desde cero cómo llevar a cabo su trabajo. Además, han tenido que adaptarse a un sistema laboral cuidadoso para protegerse y proteger a los que lo rodean.
“El coronavirus es un enemigo invisible, los fotoperiodistas peruanos nunca hemos estado en un peligro tan extremo. Nos hemos puesto muy fuertes para seguir registrando las situaciones que vive nuestro país”, señala Espensa.
Para Joel, cada comisión es una guerra. Él y muchos colegas luchan en cada salida con el temor de contagiarse. “Pretendo que mis fotos lleguen a ojos de las autoridades y puedan brindar apoyo a los sectores más pobres del país.
Mi trabajo como fotoperiodista es contar lo que está pasando”, añade.
Como Mejía, Espensa cumple con ciertas medidas de protección en cada comisión, portando mascarillas, guantes, gorra, y alcohol. “Desde que inició la pandemia y me toca trabajar, siempre cargo en mi mochila un cambio de ropa. Al llegar a casa, lo primero que hago es bañarme y llevar a la lavandería la ropa que usé mientras fotografiaba”, agrega.
Jorge Cerdán
“El fotoperiodista se ensucia los zapatos”
Foto: Jorge Cerdán
Jorge Cerdán, foto periodista del diario La República, afirma que lo sucedido producto de la pandemia es un proceso nuevo para todos los peruanos. Sin embargo, muchas de las medidas que el presidente Martín Vizcarra ha tomado para combatir la propagación del covid-19 no le son realmente ajenas. “No hemos visto militares en las calles desde el año 92, ni tampoco se ha vuelto a dar el toque de queda desde el gobierno de Alberto Fujimori”, comenta Cerdán.
“Cada vez que salgo de comisión trato de cuidarme todo el tiempo, pero en el camino voy pensando en tomar buenas fotos con las que pueda abrir una nota y atraer la atención del lector”, añade. Jorge prefiere contar historias con temáticas sociales relacionadas como pobreza y el día a día de aquellos que salen a las calles y continúan con sus actividades de negocios, expuestos al peligro. Suele ir a los mercados más frecuentados de Lima.
“Antes de esto, sólo me enfocaba en ir y fotear. Pero ahora me he dado cuenta de que conversar con las personas enriquece de alguna manera la imagen y el reporte que voy a obtener. En estos momentos de crisis, predomina mucho el lado humano”, señaló.