En Punto Seguido le damos una mirada a la pasión que se siente en las regiones por este deporte y nos preguntamos si el Perú es tan futbolero como a veces creemos.
Escribe: José Luis Góngora
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Para Antenor Guerra-García, periodista y autor de varios libros sobre la historia del balompié peruano, el fútbol profesional de nuestro país con el paso de los años ha empezado a descentralizarse y recibir más equipos de regiones alejadas de Lima. “Hoy por hoy tenemos 7 equipos de la capital dentro de 18 que juegan el torneo. En la década de los 60 o 70, jugaban Defensor Lima, Defensor Arica, Cadete, Sport Boys, Iqueño, Deportivo Municipal, Universitario de Deportes, Alianza Lima, entre otros. De 14 equipos solo 2 eran de provincia”, añade.
La descentralización se debe posiblemente al apoyo que hay de parte de los habitantes de cada región a sus equipos. Como se puede ver semana a semana, las personas del interior del país son fieles seguidores a sus equipos. Según la data de Liga 1, hasta la fecha 8 del torneo Apertura, Sporting Cristal llevó 4,575 hinchas por partido mientras que Binacional, un equipo de provincia, llevó 4,612. Eso indica que el fútbol en provincia es tan apreciado como en Lima y que cada vez se desarrolla una mejor cultura futbolera.
Asimismo, podemos apreciar la gran presencia de hinchas que apoyan a los equipos de su región, Guerra-García afirma: “El provinciano es futbolerazo, puede haber una ciudad que no tiene iglesia, pero tiene canchita de fútbol”.
Bruno Ginocchio, periodista de Gol Perú, concuerda con Guerra-García en que el Perú es un país futbolero. Además añade que eso va de la mano con los resultados que estamos obteniendo. “Nuestro país es muy futbolero y no solo lo digo desde el punto de vista del hincha, esto se puede percibir mucho al interior del país. Hay factores que se complementan, como los buenos resultados”.
Sin embargo, en Lima no vemos estadios llenos con frecuencia. Las últimas veces que se ha presenciado una gran asistencia de público a los estadios son en partidos de la selección, a partir de los buenos resultados. Esto nos lleva a preguntarnos. ¿Somos un país tan futbolero como creemos?
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