La historia del cigarrillo electrónico se remonta a hace muchos años atrás. Su popularización en el país cada vez es más grande, pues lo utilizan desde jóvenes hasta adultos.
Escribe: Gustavo Ramos
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Cualquiera diría que el cigarrillo electrónico es un invento reciente, pero no. Hebert A. Gibert diseñó en 1963 un prototipo a pilas que proporcionaba un agradable aire aromatizado al calentar un líquido. Él sugería una sustancia que emulara el sabor del whisky, carecía de efectos nocivos y podía usarse para la administración de fármacos. De esa manera nació una nueva opción para que los fumadores empedernidos puedan escapar de su vicio al tabaco y, a la larga, de posibles enfermedades.
En el año 2003, un farmacéutico y fumador, Hon Lik, se propone desarrollar cigarrillos electrónicos después de que su padre muriera de un cáncer de pulmón. Viendo la forma de transformar una tragedia en algo positivo, creó este método que permite a los fumadores tener nicotina mediante inhalación, sin humo, tabaco y los diversos agentes químicos que son parte de la producción de los cigarrillos. La empresa para la que trabajaba lo apoyó por completo y con su respaldo Lik convirtió en realidad sus ideas.
Sin embargo, muchas entidades de la salud han puesto en duda que verdaderamente esta nueva tecnología sirva para dejar el hábito de fumar. “El cigarrillo electrónico no es un tratamiento sustitutivo con nicotina que tenga una eficacia demostrada”, ha dicho el Dr. Ala Alwan, Subdirector General de la OMS para Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental. Esto de alguna niega el mito de que las personas que poseen el cigarrillo electrónico, al pasar el tiempo, ya no van a tener la necesidad de consumo del mismo.
Descubra en la edición número 80 de Punto Seguido un poco más sobre la historia del cigarrillo electrónico y mucha información extra sobre esta nueva forma de fumar que está ingresando al país con mucha fuerza. La revista se entregará el próximo 28 de junio en los campus de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
