Conoce cuáles son las causas, consecuencias y qué está haciendo el Estado para hacer frente a esta problemática que afecta cada vez más a estudiantes de todo el país.
Foto: Andina
Escribe: Alvaro Robles
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Los estudiantes del Perú se han visto obligados a recibir clases a distancia por la pandemia, pero esta estrategia ha tenido dificultades para llegar a la totalidad de alumnos, esto ha causado que una creciente cantidad de ellos opte por no seguir asistiendo más. En este post, te explicaremos cuáles son las causas más frecuentes de las deserciones, las consecuencias en los escolares y qué está haciendo el Estado para frenar el incremento de estos casos.
Las causas de un problema en crecimiento
Escasos recursos y baja conectividad
La deserción escolar se está dando mayormente en zonas del interior del país, ya que no cuentan con una conexión a internet o el dinero para hacer recargas en sus celulares y así poder asistir a clases virtuales o mandar las tareas que se les exige a los alumnos. Desde Piura, el decano del Colegio de Profesores mencionó que, debido a los problemas económicos de sus familias causados por la pandemia, los estudiantes se han visto obligados a trabajar y dejar los estudios.
Mientras que, en la capital, la psicóloga Mayra Frias, quien ve directamente casos de alumnos en la institución educativa estatal, Ramón Castilla, afirma que ha atendido casos donde los padres son los que incentivan la ausencia de sus hijos por no creer en la utilidad de las clases virtuales. “Los niños no puede acceder a las clases y tienen que acompañar a sus padres al trabajo a diario, lo que dificulta la entrega de la totalidad de actividades en la semana “, menciona la psicóloga.
El Ministerio de Educación ha implementado el programa “Aprendo en Casa”, un método de educación a distancia para aquellos que solo cuentan con una señal de radio o televisión. El ministro Martín Benavides afirma que está llegando al 90 % de hogares en el país. Sin embargo, la directora regional de educación de Ucayali, Juana Tello, dice que, a pesar de que la señal llega a algunas zonas, “en Ucayali habitan 20 pueblos originarios con sus propios dialectos y los contenidos solo llegan en 5 dialectos”, esta es una situación que se repite en varias regiones del país.
Problemas familiares y falta de motivación
Las condiciones en las cuales vive el estudiante es un factor importante para su motivación, es decir, un ambiente donde sea violentado o con padres que discuten constantemente aumenta la deserción. Según cifras del INEI, el 40,5% de niños de 12 a 17 años ha sufrido violencia en sus hogares en los últimos 12 meses. María del Carmen Santiago, de la Dirección General de Niñas, Niños y Adolescentes, menciona que se debe garantizar la permanencia en la escuela por medio del apoyo, cuidado del tiempo para el estudio y el buen trato brindado por sus familiares.
La psicóloga Mayra Frias declaró que ha atendido casos de alumnos que han perdido a familiares por el COVID y otros que sufren de violencia en sus hogares. Según ella, en situaciones como estas, se tiene que brindarle apoyo emocional, es decir hacerle entender al niño que es importante y no está solo. “Cuando empiezan a abrirse y contar sus problemas, es ahí cuando buscamos algunas alternativas de solución. A veces, espero a que él me la diga para saber que está comprometido, sino no estaría ayudándole en nada.”
Las consecuencias de abandonar los estudios
El hecho de que los estudiantes no concluyan su educación, no solo se convierte en un gran problema para ellos, sino también para el resto de la población y a la producción del país. Un adolescente sin una educación completa no está listo para las demandas laborales de hoy y es más propenso a conseguir un empleo informal sin los beneficios como la seguridad social. “7 de cada 10 trabajadores informales tiene ingresos menores a la remuneración mínima y su nivel de educación es proporcional al monto que ganan”, menciona Jeanette Noborikawa, Vieceministra de promoción del empleo y capacitación laboral.
Por otro lado, el ambiente de las escuelas es vital para desarrollar la identidad del adolescente. Cuando no se mantienen dentro del sistema educativo, se privan de dos ámbitos de este desarrollo, el de relacionarse con pares y el de construir un proyecto de vida futura. María Angélica Pease, psicóloga de la PUCP, afirma que “se pierde el cómo ser adolescente y así transitar a la adultez y también el cómo construir visones compartidas del mundo.”
¿Cómo está tratando el Estado este problema?
El 10 de septiembre, el Ministerio de Educación lanzó su programa comunicacional “La educación no para”, el cual busca sensibilizar a los estudiantes, padres y centros educativos para evitar que la deserción escolar siga en aumento, además atraer nuevamente a aquellos que hayan abandonado sus estudios. El ministerio también implementará incentivos como becas y mecanismos para detectar aquellos que presenten alertas de una posible deserción. Como mencionó la representante de la Unicef en el Perú, Ana de Mendoza, “Es mucho más costoso conseguir recuperar a los chicos y que retornen a la escuela que prevenir el abandono.”
Hace una semana, el Ministerio de Educación realizó una inversión de 93,4 millones de soles para dar planes de datos a los teléfonos móviles de más de 373 mil docentes. Sin embargo, los padres de familia de los alumnos han manifestado que la mayor necesidad es la conectividad a internet para sus hijos. Por el momento, el gobierno no ha respondido a esta exigencia específica, pero siguen aumentando el alcance de su programa “Aprendo en Casa” a zonas alejadas del país y en octubre entregarán 1 millón 56 mil 430 tablets a estudiantes y docentes de zonas urbanas y rurales.