Tras la odisea que atraviesan los venezolanos que vienen a nuestro país, algunos llaneros han sabido salir adelante después de tantos sacrificios y desdichas.
Redacción: Jhoana Morán
Video: Jhoana Morán
Luego del reciente anuncio que hiciera el Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) acerca de los 5,100 venezolanos que ingresaron a nuestro país el pasado sábado 11 de agosto, las alarmas se encendieron. Miles de peruanos se quedaron sorprendidos, a pesar de que ya se veía por las calles a los llaneros, no eran conscientes de la cantidad de venezolanos que cruzaban la frontera en busca de nuevas oportunidades. Siendo el segundo país que más venezolanos alberga, comentarios xenófobos no se han hecho esperar en diversos medios y redes sociales. Muchos peruanos comentan que los llaneros les están quitando el trabajo y son una carga para la economía. Sin embargo, después de todo el éxodo que han vivido y lo que han tenido que pasar para llegar a nuestro país, algunos han logrado salir adelante y encontrar un nicho en los que son muy exitosos en nuestro País.
Harold Allen es un joven de 27 años. Salió de Isla Margarita hacía Barranquilla, Colombia con la finalidad de trabajar muy duro y poder ahorrar dinero para regresar por su esposa y viajar hacia Perú. Se separó de su familia un 25 de Diciembre y luego de 5 días de estar de bus en bus, pudo llegar a Lima, sin conocer nada ni a nadie. Logró sobrevivir unos días con los pocos ahorros que le quedaban en una habitación que compartía con cuatro amigos más. No le quedó de otra que tocar puertas para buscar trabajo.
Pero Harold tiene un don en las manos que lo ha hecho llegar hasta donde está ahora. Desde los 17 años Harold desarrolló una habilidad en las manos que aprendió solo con ver. “Corta como los dioses”, comenta uno de sus clientes. Es Barbero desde hace 10 años y es ese don es el que lo ha llevado a que, luego de meses de arduo sacrificio y ahorro máximo ha logrado abrir su propia barbería. Gracias a los ingresos con los que ahora cuenta, ha traido a su hermano y planea traer a sus padres para darles una mejor calidad de vida.
Otro caso representativo es el de Ana Daniela Nieto. Una profesora de CrossFit en un gimnasio de Barranco que llegó a Lima en avión porque su papá le regaló el pasaje, ya que el dinero que pensaba obtener de la venta de su carro, fue robado. Ante la desesperación decidieron salir de Venezuela lo más pronto posible. Actualmente, vive en el distrito de la Molina, pero aunque su vida suene de ensueño, no se parece en nada a un cuento de hadas.
Ahora duerme en un colchón con su cuñada y el pequeño hijo de su cuñada. Todo con tal de no quedarse en su país, y aunque al inicio le costó mucho conseguir trabajo, ser profesora de Crossfit la ha motivado a seguir adelante. Ahora tiene planes de abrir su propio gimnasio y enseñar no sólo Crossfit, sino también danza árabe que es uno de las actividades que más le apasiona.