En la avenida La Cultura 808, en Santa Anita, se ubica uno de los principales mercados mayoristas de Lima. Entre sus pasillos el movimiento no para hasta el amanecer.
Por: Leyla López Laguerre
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Por la madrugada, mientras varios peruanos se acuestan a dormir, uno de los mercados mayorista más grande de Lima despierta. A las dos de la mañana, ya están los motores encendidos y se observan carretilleros y cargadores moverse de un lado al otro. Caminan sin frenos, descargando y volviendo a cargar, al igual que los camiones que arriban al lugar. Hasta las cinco de la mañana no se detienen y continúan con sus actividades, mientras más personas aparecen caminando entre los largos pasillos
El mercado se divide por pabellones. Papa a la derecha y cebolla más a la izquierda. Los puestos de verduras son los más concurridos, mientras el de frutas está en un pabellón cercano a la salida con una menor afluencia.
Cuando las calles empiezan a alumbrarse, el movimiento dentro va apagándose. A las seis de la mañana ya es hora de desayunar: dentro o en los alrededores del mercado, las barrigas empiezan a sonar. Tras comer en los puestos aledaños, ya a las siete, el silencio reina en el pabellón.