Escriben: Camilla Corbetto y Adriana Velazco
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Todos sabemos que una imagen es la representación de la realidad. En sus inicios, la fotografía tenía severas limitaciones, puesto que precisaba, por ejemplo, de una iluminación perfecta. Además, debido a la exigencia de que el objeto se encuentre fijo por necesidad de la luz, no permitía fotografías espontáneas. Cabe mencionar que la fotografía tuvo un gran cambio con el advenimiento de la fotografía digital. El objetivo es capturar imágenes de momento, que son posibles por la brevísima exposición requerida y la ayuda de la regulación de los diafragmas.
En la actualidad, la mayoría de las personas contamos con smartphones con cámaras integradas y redes sociales, en las que la fotografía cobra más relevancia. Sin embargo, hay 5 características que se deben de tomar en cuenta al trabajar este tipo de fotografía:
- La velocidad de obturación que permite que entre menor o mayor cantidad de luz en el objetivo de la cámara.
- El diafragma es clave para el concepto de profundidad de campo. Este determinará qué parte de la imagen está o no enfocada. Haciendo de ciertos puntos en tu encuadre, los más relevantes.
- El ISO es el sensor digital que otorga calidad a la imagen y que transforma la información lumínica en material binario.
- La composición es otro elemento fundamental cuando trabajamos la fotografía digital. Pensar en ella antes de lanzarse a hacer la foto supondrá que esa imagen mejore su calidad, su expresividad y, por tanto, su magnetismo y atractivo.
- Los programas para retocar la imagen, el uso de filtros y de material de edición puede hacer que la naturalidad de esa imagen, su vínculo con la realidad, se pierda. Por lo que hemos de tener claro cuál es nuestro objetivo al tomar esa fotografía y actuar en consecuencia, para no desvirtuar el resultado final.
En conclusión, la fotografía digital es una de las actividades artísticas más importantes del ser humano. Permite desarrollar distintos puntos de vista, a través de una imagen.