Redacción y fotos: Jose Ignacio Ferro
Follow @PS_UPC
Sobre lo que parece hoy un terreno baldío e inhóspito, en el distrito de San Martín de Porres, se levanta la Huaca Garagay, cuyos muros guardan más de 3.500 años de historia. Este lugar podría ser catalogado, como el templo prehispánico más importante del Perú. Según el arqueólogo Hector Walde, jefe del equipo de excavación de la Municipalidad de Lima, este centro arqueológico tiene la misma importancia que la Huaca de El Brujo en Trujillo y que Chavín de Huantar en Ancash.
En 1959, a raíz de una denuncia de invasiones en el lugar, un grupo de arqueólogos, descubrieron un templo prehispánico, el cual había sido enterrado por casas de esteras, pistas improvisas y edificios maltrechos. Cinco años después, comenzaron los trabajos arqueológicos, los cuales quedaron paralizados por falta de presupuesto. Pero no fue, hasta hace un año, cuando un valiente grupo de investigadores, inspirados en Julio C. Tello, el padre de la arqueología peruana, se atrevió a continuar el trabajo de campo.
Héctor Walde, jefe del equipo, nunca se imagino encontrar vestigios que cambiarían el rumbo de la historia peruana. Ellos forman parte del personal de excavación de la Municipalidad de Lima.
La Huaca Garagay se encuentra al noroeste de Lima, en el distrito de San Martín de Porres, y comprende 42 hectáreas. La pirámide principal, es el edificio más grande del conjunto, tiene 30 metros de altura y un frontis de 400 metros. Está construcción junto a los brazos perpendiculares tiene un forma de U. Edificios como este se distribuyen en toda la Región de Lima, desde Lurín en el sur, hasta Huaral en el norte, unos más grandes que otros. Pero resulta que Garagay es el único en Lima Metropolitana que se conserva íntegramente.
Garagay no pertenece a una cultura propiamente dicha, aún faltan elementos, para que los expertos puedan definir quienes rindieron culto a sus dioses en ese lugar. Pero lo que si se conoce es que fue construida previo a la difusión de Chavín de Huantar. Según las pruebas radio carbónicas y la arquitectura compleja esta Huaca corresponde al periodo formativo.
Hector Walde señala que Gagaray habría sido abandona, ya que sus pobladores migraron a diferentes lugares en busca de montañas fortificadas, mejores suelos y buen clima. Después de ese intervalo, regresaron para asentarse nuevamente en los valles bajos de Lima. Así se crearon lugares como Pachacámac y Maranga, que se tuvieron vigencia hasta la llegada de los españoles, en el siglo XVI. A raíz de esto, los arqueólogos dividen a las Huacas en dos tipos: los templos antiguos y los templos nuevos. Garagay pertenece al primero.
Un sitio único
Los muros recinto de Garagay, están ricamente decorados con frisos de alto relieve y polícromos de figuras antropomórficas alusivas a felinos, muy parecidos a las que se encontraron en Chavín de Huantar. Esta Huaca es la única en la costa peruana que cuenta con estas características.
Son pocos los limeños y peruanos que conocen la Huaca Garagay. Sin embargo, La UNESCO está evaluando si este centro arqueológico puede convertirse en Patrimonio de la Humanidad, ya que recoge todas las condiciones para merecer dicho título.
Lugares Sagrados
La palabra Huaca proviene del vocablo quechua, que hace referencia a un lugar sagrado. Las lagunas, cerros, cuevas y construcciones religiosas eran considerados como lugares, donde se les rendía culto a las deidades del antiguo Perú. En la actualidad, el término Huaca se utiliza para denominar a lugares arquitectónicos, que forman parte del patrimonio prehispánico como los cementerios, fortalezas y otras construcciones físicas. De la misma forma, esta palabra se aplica a distintos tipos de cerámica precolombino.
En el departamento de Lima hay más 192 Huacas, pero son 13 las más importantes por su valor histórico y ubicación. Entre ellas se encuentran la Huaca Pucllana, Garagay, Mateo Salado y Pachacámac. La conservación y administración de estos centros arqueológicos se realiza en un trabajo conjunto del Ministerio de Cultura, las municipalidades distritales y organizaciones internacionales, que tienen como objetivo la puesta en valor de vestigios arquitectónicos.
Pero cada día, se suman a ese número nuevos hallazgos. La arena, el barro y frondosos bosques esconden miles de años historia, que valen la pena desenterrarlos. Es por eso, que una serie de arqueólogos trabajan incesablemente excavando en las entrañas de la tierra.
Patrimonio en peligro
Al igual que otros centro arqueológicos, la Huaca Garagay ha sufrido una serie de daños, algunos provocados por la inclemencia de la naturaleza como: los cambios bruscos del clima, erosión del terreno, sismos y humedad. Pero los más severos fueron causados por la mano del hombre. El crecimiento desorganizado de Lima, ha hecho que las veinte dos áreas que comprende el monumento, declaradas intangibles, no sean respetadas. Cada día, la zona se ve invadida por casas precarias. Por otro lado, aunque la seguridad se ha redoblado, en la noche el lugar sirve como escondite, para vagabundos y delincuentes.
Conservar nuestro patrimonio es tarea de todos, porque nos ayuda a forma nuestra identidad, a saber quienes, de donde venimos y hacía donde vamos.