La diferenciación que existe entre los productos dirigidos hacia el público femenino hace que las mujeres en todo el mundo paguen más por bienes similares en relación a los hombres.
Redacción y fotografía: Verónica Carbajal
Vivimos en una sociedad en la que todos los días se evidencia una desigualdad de género y machismo. Tiempos donde se supone esto debería estar erradicado del pensamiento de los niños, hombres y hasta de las mismas mujeres. Es un retroceso en el camino por la igualdad que aún persiste en nuestro país y el mundo. En el consumo de productos y servicios nos chocamos con diferencias de precio marcadas por a qué género están dirigidas.
Dentro del ámbito comercial de bienes y servicios podemos encontrar una forma común de discriminación de género que se ha ido normalizando en el día a día. A esta diferencia de precios se le denomina impuesto rosa. Este impuesto es una tasa invisible que pagan las mujeres en todo el mundo por productos femeninos. En otras palabras, las mujeres terminan pagando más por bienes similares a productos que están dirigidos a hombres. Especialmente en artículos de higiene personal, perfumería, juguetes, ropa, útiles escolares, farmacia, entre otros.
El Observatorio de coyuntura económica y políticas públicas (OCEPP) de Argentina, reveló que a nivel mundial las mujeres representan, aproximadamente, el 70 % de las decisiones de compra. ¿Qué sucede en nuestro país? Si vamos a un supermercado y nos ponemos a comparar los precios de los mismo productos: cepillos de dientes, máquinas descartables para rasurar, entre otros. Notaremos la diferenciación de precios entre dos productos con la misma función, pero destinados a dos géneros diferentes.
Ana Paula García, economista egresada de la Universidad de Piura, nos cuenta que los productos femeninos suelen ser hasta 17 % más caros que el de los hombres solo por el color, la etiqueta, el diseño, la publicidad y presentación. “La función es exactamente la misma” menciona García.
La razón principal y más lógica podría ser que las marcas invierten más dinero en la presentación. Este factor está impulsado por las ganancias y pequeños cambios en su fabricación, simples como el color. Por ello, muchas mujeres consumen productos para hombres porque son iguales, pero más baratos. Cabe destacar, que la ONU ya ha expresado su intención porque se elimine la tasa rosa. Es importante desaparecerla debido a que dificulta el empoderamiento de mujeres y niñas.
¿Cómo nace el término?
Nace cuando el colectivo feminista francés “Georgette Sand” lo utiliza en el año 2014. Por otro lado, en el año 2018 la ONG española FACUA- Consumidores en Acción denunció esta realidad y pidió sanciones para los supermercados que aplicaban la tasa rosa. Las acusaciones alegaron publicidad engañosa y discriminación.
¿La tasa rosa es lo mismo que la tasa tampón?
La tasa tampón es el impuesto de los productos de higiene menstrual considerados por los gobiernos como artículos de primera necesidad de las mujeres. Tiene ese nombre por el sobrecargo impositivo de los gastos extra mensuales por la condición biológica femenina. Este impuesto perjudica económicamente a las mujeres frente a los hombres.