El miedo que todavía existe ante la procedencia y eficacia de las vacunas contra la Covid 19 provoca que muchos rechacen la única solución, que hasta ahora, puede salvar nuestras vidas.
Redacción: Raquel Gárate
Desde febrero del 2021 se comenzó a vacunar a la mayor cantidad de personas según las programaciones de grupos etarios que realizó el gobierno de turno. Sin embargo, hay una gran cantidad que a pesar de los 198 mil 621 fallecidos que trajo la COVID 19, no quieren vacunarse por diferentes teorías que han provocado miedo en la población.
“Quieren colocar microchips mediante la inyección”, “los metales o imanes se adhieren en el brazo de las personas vacunadas” o “se ha pegado el celular en el hombro” son algunas de las frases de los muchos grupos antivacunas. La Organización Mundial por la Vida (OMV) Perú, es una de ellas que a través de sus caravanas y eventos que realizan catalogan a las vacunas como “asesinas”, ya que según ellos, estas traerán más enfermedades, también están a favor del uso del dióxido de cloro como medicina para “curarse” del virus. Además, el negarse a utilizar mascarillas en sus caravanas en distintos distritos de Lima pone la vida de los demás en peligro.
El sociólogo Jerjes Loayza afirma que estas teorías provienen de las dificultades que atraviesan sus creadores y un problema educativo en torno a la ciencia. “No hay una educación en torno a lo que la ciencia puede hacer por nosotros. Lo que hay es una serie de ideas o críticas poco reflexivas sobre lo que la ciencia negativamente nos hace, como el modo en que experimenta las vacunas sobre nosotros, el modo como crea enfermedades”, aseguró.
Por otro lado, el médico infectólogo Augusto Tarazona explica que los grupos antivacunas han sido un gran obstáculo para el Estado, ya que ha logrado que los ciudadanos no quieran vacunarse, lo cual es peligroso, porque si no se vacuna la cantidad necesaria de personas, la pandemia va a continuar.