El aceite de cannabis, conocido como CBD, se utiliza con diversos propósitos terapéuticos, como aliviar el dolor de diversas enfermedades, además de reducir la ansiedad y otros beneficios potenciales para la salud.
El cannabis medicinal ha ganado notoriedad en el Perú en los últimos años, debido a la aprobación de leyes y regulaciones que reconocen su valor terapéutico en el alivio de los síntomas de diversas enfermedades o condiciones de salud. A pesar de los desafíos legales, y las contradicciones en torno a su aprobación, los derivados farmacéuticos de esta planta están enriqueciendo vidas y brindando esperanza en pacientes y sus hogares.
Por Valeria Carbajal, Enrique Gonzales, Zarai Fuentes Rivera , Yumiko Meza, Sophia Rebatta, y Eduardo Saravia
“Yo antes luchaba contra la ansiedad y los desequilibrios emocionales. El producto que consumía, un aceite [… ] en gotero, me brindó alivio sin consecuencias posteriores ni síntomas adictivos”, relata Adriana Portella del Carpio a Punto Seguido, quien cuenta cómo le ayudó el cannabis cuando sufría de bulimia, a consecuencia de su trastorno de ansiedad generalizada.
La versión medicinal del cannabis ha ocupado mayor renombre en el país durante las últimas épocas, dada la gran controversia por generar medicinas a partir del aceite que provee la planta de marihuana. El Perú es el vigésimo país en el mundo en aprobar su uso, tras reconocer un alivio de los síntomas causados por de diversas enfermedades, mediante sus efectos analgésicos y antiinflamatorios, lo que facilitó su legalización por el Congreso, que se concretó con la ley N° 30681. La sociedad civil, previamente, también jugó un rol protagónico de lucha para conseguir que esa norma fuera aprobada.
Adriana, por ejemplo, no solo experimentó mejoras en su salud mental, sino que también obtuvo beneficios en su desorden alimenticio de larga data. Ella explicó que el cannabis medicinal tuvo un impacto positivo en su condición médica, y generó un avance en su calidad de vida.
Legislación ganada por la lucha de pacientes, sus cuidadores y organizaciones civiles
Tardaron dos años para que el reglamento ―005-2019-SA― de dicha ley fuera publicado ―febrero 2019―, el cual incluyó disposiciones, complementando la legalidad del uso medicinal y terapéutico del cannabis. Asimismo, en julio de 2021, por demanda de las asociaciones de cannabis, se promovieron cambios en las leyes, de modo que se protegieran los derechos que poseen como consumidores y, a su vez, que se les facilite el acceso al producto que le ha dado tanto alivio.
Luego del reglamento, se emitió una norma, la ley 31312, que añadió ciertas modificaciones en un grupo de artículos —3, 4, 5, 6 y 8—, autorizando el uso informado, la comercialización y la producción farmacológica o artesanal de productos de cannabis. Por otro lado, se estableció un registro de personas naturales, que elaboran tales medicinas sin fines industriales.
La nueva ley mencionada reconoce el cultivo asociativo ―producción artesanal―, es decir, otorga a las asociaciones sin fines de lucro la capacidad de dispensar derivados de cannabis que el médico indique. Asimismo, regula el uso medicinal y terapéutico del cannabidiol, mejor conocido como CBD ( Cannabidiol ), que es el extracto puro de cannabis y no contiene efectos psicoactivos ―no te droga―; aparte de eximir de consecuencias punibles la posesión de esta sustancia o sus derivados para uso curativo, siempre que el usuario pueda acreditarlo con una prescripción médica y el registro correspondiente.
A pesar de que el consumo del cannabis, en cualquiera de sus formas, no está penado en el Perú, existen duras sanciones para la microcomercialización y el tráfico de la planta, a causa de considerarse un delito contra la salud pública. Así, el artículo 296 del Código Penal lo clasifica como una «sustancia psicotrópica», y establece límites máximos permitidos de posesión no punible.
La situación legal y política en relación con el CBD y su uso medicinal ha cambiado con el tiempo. En el país se crearon diversas organizaciones como la asociación de cultivo Buscando Esperanza, la Asociación Cannabis Gotas de Esperanza, y la Agrupación Peruana de Medicina Cannabinoide; estos movimientos sociales se formaron con la idea de concientizar a la población sobre los beneficios terapéuticos que la marihuana puede ofrecer. En tanto, apuntan a mejorar las políticas públicas para brindar más apoyo a los pacientes que busquen usarlo, como opción de alivio para enfermedades degenerativas o trastornos.
“He elegido el producto porque conozco todas las propiedades que posee y que están comprobadas [… ] la marihuana medicinal se legalizó en Canadá, y cada vez más países se van sumando a esta ola”, comenta Sebastián Oneto a Punto Seguido, un emprendedor que trabaja en un proyecto de comercio de cannabis medicinal desde hace más de dos años. El uso medicinal de la marihuana es un tema discutible en muchas sociedades debido a cuestiones científicas, legales y éticas. A pesar de ello, ha habido una tendencia a favor de su despenalización en varios países. Canadá fue el país pionero en autorizar su uso para este fin en 2001, mientras que, tiempo después, fue secundado por Holanda, Italia, Colombia, Australia y Puerto Rico, así como en 29 estados de Estados Unidos.
El cannabis o CBD contiene cannabinoides, sustancias químicas que brindan alivio sin causar un efecto estupefaciente. El tetrahidrocannabinol (THC), por su parte, es el componente psicoactivo del cannabis, que estimula las neuronas del sistema de recompensa del cerebro. Mientras que al CBD se le atribuyen propiedades antitumorales, analgésicas y antiinflamatorias.
La ciencia y la práctica del cannabis medicinal
Jaime Parra es ginecólogo obstetra venezolano y, además, especialista en terapia con cannabis medicinal: una voz autorizada en este campo por sus más de tres años de experiencia en la medicina de cannabinoides.
Parra indicó a Punto Seguido que, cuando realiza la consulta, recaban los síntomas predominantes para tener un panorama más amplio del proceso de salud de enfermedad de cada paciente. También pregunta sobre los medicamentos que están usando: esto les permite recomendar cuál cannabinoide “es ideal para tratar su patología, y que tenga el mínimo de interacción con su medicación actual”.
También agrega que los cannabinoides actúan como inductores de un balance interno en el organismo, ayudando a equilibrar el funcionamiento de las células y sistemas del cuerpo. Un ejemplo ilustrativo es la forma en que los cannabinoides pueden influir positivamente en la regulación de la serotonina, lo que tiene un efecto antidepresivo.
Además de dicho valor del cannabis medicinal, añade Parra, su versatilidad terapéutica ―por sus señaladas propiedades antitumorales, analgésicas y antiinflamatorias― abre la puerta a una variedad de aplicaciones médicas potenciales.
La hierba medicinal se administra en forma de aceite sublingual, lo que minimiza el riesgo de dependencia y efectos psicoactivos, aclaró el médico Parra, quien declaró que la psicoactividad del THC solo se produce cuando se descarboxila, es decir, se calienta. Esto explica por qué ciertos métodos de consumo pueden producir efectos psicoactivos, mientras que otros, como el aceite, no tienen esa reacción.
De acuerdo con la investigación más reciente de José León, químico farmacéutico, —en la Revista de la Sociedad Química del Perú— el aceite de cannabis obtenido de sus flores, se ha vuelto popular por sus usos medicinales, y la composición de su contenido fluctúa según la variedad y el proceso de elaboración. Es importante asegurar la calidad y la dosis precisas en su producción, especialmente cuando se utiliza para tratar dolencias específicas.
Acceso al uso del cannabis medicinal para pacientes y sus familias
Las licencias para gestionar el cannabis se dividen en tres tipos: cultivo, producción y comercio. Los requisitos dependen de la licencia que se solicite, involucrando la aprobación de un plan de producción agrícola, protocolos de seguridad y otros documentos específicos. Solo pueden ser solicitadas por personas naturales o jurídicas, constituidas como establecimientos farmacéuticos autorizados por la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid).
Para obtener cannabis medicinal en el Perú, los pacientes deben acudir a un médico que les prescriba la indicación, de acuerdo con su necesidad específica. Existen dos tipos de recetas: simples y especiales. La primera se utiliza cuando el producto medicinal contiene el THC inferior al 1%, mientras que la segunda se emplea cuando el contenido de THC es superior al 1%. Esta distinción es fundamental para garantizar la seguridad y la eficacia del tratamiento para cada paciente.
Recientemente, el Ministerio del Interior (Mininter) emitió pautas de seguridad integral para el uso médico y terapéutico del cannabis, entre las que están la designación de un responsable del control de riesgos, así como la implementación de un sistema de seguridad, estableciendo condiciones y criterios mínimos que deben cumplirse en todos los locales de distribución y producción de este producto que cuenten con licencia. Además, la Policía Nacional y la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional (Dirandro) pueden inspeccionar estos laboratorios para garantizar el cumplimiento de las medidas de seguridad.
El endocrinólogo Gerardo Quispitupa es otro médico que receta cannabis medicinal en el Perú, y el galeno también pondera el valor de la flexibilidad del cannabis medicinal, así como que las normas no limitan su uso en determinadas enfermedades. “Los médicos tienen que tener un criterio para poder indicar, pero según la ciencia, ya hay evidencia científica sobre cuatro patologías”, relata Quispitupa a Punto Seguido, y enumera: el dolor crónico, la epilepsia refractaria, los problemas neurológicos y la distimia o depresión. Muchos pacientes, y sus familiares, dan fe del alivio de esas y otras dolencias.