Pese a los esfuerzos empleados para la recuperación económica, la disputa entre el Legislativo y el Ejecutivo encendió las alarmas a poco de comenzar la cuarta fase de la reactivación de sectores.
(Foto: Andina)
Escribe: Rafael Calagua Bedoya
Los enfrentamientos entre el Congreso y el Ejecutivo se agudizaron estas últimas dos semanas y alcanzaron su punto más alto el viernes 11 de septiembre con la admisión de la moción de vacancia presidencial. El debate ocurrió el viernes y el presidente Martín Vizcarra participó junto a su abogado Roberto Pereira, aunque tuvo que retirarse a los pocos minutos por una visita agendada a la ciudad de Trujillo.
Luego de largas horas de debate, no se aprobó la vacancia por alcanzar sólo 32 votos a favor de los 87 votos necesarios para que proceda. Sin embargo, la disputa en cuestión generó incertidumbre en el panorama económico a pocas semanas de octubre, mes en que debería iniciar la cuarta fase de la reactivación de lo sectores. Recientemente, durante la presentación del Marco Macroeconómico Multianual (MMM), María Antonieta Alva, la titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) advirtió que las proyecciones de crecimiento económico podrían verse mermadas ante diversos factores de riesgo, como los vinculados a una crisis política.
Además, se espera que se efectúe de forma exitosa la entrega de los bonos económicos pendientes, en vista que un nuevo retraso en su distribución afectaría la convivencia de las personas que más lo necesitan: aquellas en condición de vulnerabilidad por no contar con suficientes recursos.
Imagen como país
En agosto, el MEF estimó que este año la economía caerá un 12%, pero en estas dos últimas semanas la estrategia de recuperación diseñada por la ministra Alva se tambaleó tras los audios difundidos por Edgar Alarcón, el presidente de la Comisión de Fiscalización del Congreso. Para Jorge Carrillo, economista y docente de Pacífico Business School, una crisis política debilita la estabilidad del país porque las intenciones de inversión de empresas locales y extranjeras van a verse melladas. “Cuando ocurre ello, los inversores piensan dos veces antes de considerar idear proyectos porque le da la espalda a las posibles inversiones y espanta a los potenciales interesados”, detalla.
Carrillo explica que la economía se mueve por expectativas a futuro y eventos de incertidumbre política no causan la mejor imagen como país. Dicho de otra forma, produce desconfianza en los agentes económicos internacionales, ya que aumenta el riesgo país que otorgan las clasificadoras internacionales como Moody’s, cuyas evaluaciones influyen en el costo del crédito y del financiamiento de posibles préstamos.