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El mundo está compuesto por diferentes tradiciones, las cuales poseen connotaciones especiales dependiendo del país del que provengan. Algunas pueden estar relacionadas a la moda, otras a la música o incluso a la gastronomía, como es el caso de esta peculiar reunión que a pesar de los años se mantiene vigente para el público, y combina perfectamente aromas, sabores y delicadeza.
Escribe: Lisset Vega
Verdadero origen
Se suele pensar que esta costumbre tiene su origen en Europa, pero en verdad todo comenzó en Asia, pues el enfoque principal solamente estaba centrado en el té. La historia de esta bebida caliente inicia hace aproximadamente cinco mil años atrás en países como China, India y Japón. Dicho acontecimiento se dio de una manera particular, pues en el año 2700 a.C el emperador chino Shen Nung probó un líquido de color café sin pensar que se trataba del té. Dejó que su conocimiento en medicina natural juzgue el sabor, el cual terminó siendo de mucho agrado para él.
La historia continuó desarrollándose, pues la tradición sí encontró protagonismo en Reino Unido. La persona que se encargó de introducir el té en Europa fue el jesuita Jasper de Cruz, pero no fue hasta 1662 cuando la princesa portuguesa Catalina de Braganza viajó hasta Inglaterra para conseguir la bebida y poder utilizarla en sus reuniones.
No obstante, el término “la hora del té” se le atribuye a la séptima duquesa de Beldford, Anna Russell. Según relata la chef española Joanna Artieda para el portal web de gastronomía Bon Viveur, la dama empezó a sentirse muy mal, y exigió de inmediato que le prepararan una taza de té acompañado de un pequeño aperitivo que debía ser servido obligatoriamente a las cinco en punto.
La afición de los británicos por el té
Otra creencia que se ha ido desvirtuando con el tiempo es que solo en Asia se consume bastante el té. En realidad, en el Reino Unido también existe un fanatismo por dicha bebida. Lo suelen consumir con azúcar, leche, limón o solo, pero eso no es lo relevante. La frecuencia es lo sorprendente, pues de acuerdo al libro “Observando a los ingleses” los británicos beben 60.000 millones de tazas de té anualmente.
Si queremos transformar dicha cifra de forma individual, estaríamos hablando de 900 tazas por persona, aunque la cantidad puede ser incluso mayor.
¿Por qué es tan importante el té para los británicos?
Existen dos razones por las que esta bebida caliente es para los ingleses tan importante. El primer motivo es que el hecho de tomar algo que se hace con agua hirviendo disminuye el riesgo de adquirir un virus gástrico.
El segundo motivo, y tal vez el más relevante es que el tomar té es utilizado como una táctica segura para salir de apuros en diferentes reuniones. Incluso, es una forma de controlar cualquier tensión que se lleve a cabo en una celebración. Según la antropóloga Kate Fox, autora del libro “Observando a los ingleses” detalla lo siguiente: “hacer el té es una actividad perfecta para evadir ciertas situaciones: cuando un inglés se siente incómodo o en una situación embarazosa socialmente casi siempre se comienza a preparar té”.
¿Tomar té con leche?
Si bien, lo común es que en la hora del té se disfrute de la bebida con otros aperitivos, los británicos tienen un hábito, que implica acompañar el té con un ingrediente significativo: la leche. Esto se debe a que antes se acostumbrara a preparar la bebida en teteras, para luego servirla en tazas de porcelana. Sin embargo, la mayoría no podía darse el lujo de tener una vajilla exclusiva. Solo podían conseguir tazas sencillas, que se rajaban con facilidad debido al calor del agua hervida.
Por ello, la solución a este problema fue echar desde un inicio un chorro de leche fría en la taza y después incorporar el té. A su vez, este componente permitió que se redujera la amargura de la bebida, aunque para los británicos ese detalle no fue del todo importante.
Acompañamientos
La hora del té clásico se disfruta con aperitivos salados como sandwiches pequeños a base de pan de molde, acompañados con berros (plantas acuáticas), carne asada, huevo, pepino, queso, salmón, tomate y mostaza.
En cuanto a los bocadillos dulces, se disfrutaba de pastelillos de café o nueces o pastelillos glaseados. También destacan los ‘scones’, que son panecillos con mermelada de fresas o frambuesa, bañados en ‘clotted cream’, una crema espesa cuyo origen se dio en el condado de Devon.
Para saber detalles poco conocidos sobre la hora del té, lee la siguiente infografía: