Muchos católicos acompañaron al Señor de los Milagros por las calles limeñas bajo un intenso sol.
Redacción: Ricardo Guerra
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Lima se tiñó de morado una vez más el pasado domingo. La procesión se realizó a paso lento en un caluroso día. El Cristo Moreno visitó la Iglesia de las Nazarenas seguido de sus fieles, quienes se protegían de los rayos del sol con lentes y gorros. Al promediar las dos de la tarde, la basílica ubicada en la avenida Tacna fue invadida por decenas de creyentes que seguían el evento bajo el bochorno limeño.
Muchos de los fieles del Señor de los Milagros luchaban, con pañuelo en mano, contra el sudor de sus rostros y aseguraban que el santo no se podía quedar solo. “Es la fe y, a la vez, el sacrificio. Tengo medias de nylon y no me las puedo quitar”, explicaba con fatiga Elisa Manrique, ahumadora desde hace más de 24 años. Asimismo, cabe resaltar que la próxima salida del andar será el cinco de noviembre.