Desde hace 17 años, el Gobierno de Alemania puso en marcha un plan que tenía como meta producir más jugadores jóvenes.
Redacción: Estefano Matta Garratt
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No es casual que Alemania arrolle a todo equipo que se ponga encima en cada categoría de fútbol. Desde su fracaso en la Eurocopa del 2000, el Gobierno ‘Teutón’ dispuso una medida a favor de su fútbol nacional.
Dietrich Weise y Ulf Schott, dos ex futbolistas que pasaron a las filas de los ejecutivos en la asociación alemana impulsaron un plan que obligó a los clubes profesionales a crear academias para formar jugadores jóvenes con proyección a futuro. Los equipos de la primera división encabezaron el proyecto y, luego, se sumaron los de la segunda división. Hasta el momento, existen 54 academias de alto rendimiento. La exigencia a los más niños es como la de un profesional y, desde esa edad, se les inculca una mentalidad orientada a la responsabilidad de llevar una vida sana para incentivar el deporte.
El ex futbolista inglés Gary Lineker no se equivocó al decir que «el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once, y siempre gana Alemania». Y es que la selección alemana, desde el 2002, no se despega del top 10 de la clasificación de selecciones de la FIFA, ha llegado a todas las instancias finales de los torneos internacionales que ha disputado, fue el campeón del mundo en el 2014 y acaba de obtener la Eurocopa sub 21 y la Copa Confederaciones.
Por si fuera poco, la última victoria en la final ante Chile demostró a todo el mundo que Alemania no tiene un equipo B. Cada jugador alemán tiene la capacidad de pelear un puesto en el equipo titular. Estos jóvenes no solo son el futuro del fútbol mundial; son el presente de una selección sólida que ya tiene como objetivo arrasar en el mundial de Rusia.