Escribe: Diego Zenteno / Follow @PS_UPC
Ahora más que nunca pasamos bastante tiempo frente a las pantallas. Sin embargo, esto puede estar afectando nuestra calidad de sueño en más formas de las que creemos.
¿Qué es la luz azul?
El ojo humano está equipado con estructuras que lo protegen de ciertos tipos de luz. Este es el caso de nuestra cornea y el lente ocular, los cuales ayudan a proteger la retina detrás de nuestros ojos de daños producidos por rayos UV, por ejemplo. Sin embargo, estas estructuras no nos protegen de la llamada ‘luz azul’, una que muchas veces es ignorada pero a la que estamos expuestos más que cualquier otro tipo de luz.
Según el portal médico Healthline, la luz azul está presente en todo nuestro alrededor como cualquier otro color visible. La única diferencia es que, cuando se pone el sol, seguimos siendo expuestos a ella por el uso masivo de dispositivos electrónicos cuyas pantallas se valen de diodos emisores de luz, o LED como se conocen popularmente.
Computadoras de escritorio, laptops, televisores de pantalla plana, celulares, tabletas, todas estas producen cantidades muy altas de luz azul a través de sus pantallas. Y si bien no existen pruebas de que la luz azul proveniente de estas sea un riesgo severo para nuestros ojos, tal no es el caso cuando de dormir se trata.
Cuando nos vamos a la cama
Nuestro reloj biológico sigue un ciclo de 24 horas en donde es natural un período de descanso profundo. Cuando amanece, sensores de luz en nuestro cuerpo lo detectan y el cerebro produce cortisol, una hormona que nos hace sentir despiertos y alerta. Cuando el sol se pone, nuestro cuerpo también lo percibe y gradualmente vamos produciendo melatonina, otra hormona que nos da aquella sensación de sueño.
Los equipos electrónicos que hoy usamos más que nunca debido a la modalidad virtual de trabajo o estudio rompen con este ciclo. La luz azul que proviene de los equipos ya mencionados afecta a nuestro cerebro porque le engaña haciéndole creer que aún es de día. Por ello, la producción natural de melatonina se retrasa hasta muy por encima de lo normal.
La luz azul nos mantiene despiertos por cuanto tiempo estemos frente a las pantallas debido a esta asociación de nuestro cerebro con la luz del día. No obstante, cuando nos vamos a la cama, la melatonina no ha tenido tiempo suficiente para producir aquella sensación de sueño. Incluso cuando por fin logramos dormir, la luz azul puede seguir afectando nuestro sueño REM, o también conocido como sueño profundo, el cual es vital para una correcta concentración y desempeño en las tareas diarias.
Efectos y soluciones
Según las Clínicas Psiquiátricas de Niños y Adolescentes de Norteamérica, los jóvenes son especialmente vulnerables a problemas de sueño por dispositivos que emiten luz azul. Y varios otros estudios también han detectado un vínculo entre el uso de pantallas de dispositivos antes de dormir y un incremento del tiempo necesario para alcanzar el sueño.
Por otro lado, tener una pobre calidad de sueño o simplemente no dormir las horas suficientes ha sido relacionado con otros problemas de salud. Estos pueden ser enfermedades del corazón, diabetes, presión sanguínea alta, depresión y hasta obesidad.
¿Cómo podemos aliviar los efectos de la luz azul? Conversamos con el Dr. Daniel Morales de la Clínica de Ojos D’Opeluce para ahondar en algunas soluciones que se presentan en la siguiente infografía.