La crisis sanitaria global nos recuerda que la ropa fue inventada con un fin utilitario, la protección del cuerpo.
Escribe: Lourdes Razuri
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Fotos: Wikimedia Commons
Las mascarillas, guantes y visores ya no son suficientes. Salir de nuestras casas se ha convertido en un verdadero peligro y ninguna medida de protección es exagerada. Ejercer el distanciamiento social es la opción más recomendada por las autoridades y una de las formas más efectivas de hacerlo es través de la indumentaria. Aunque no parezca, el uso de ciertas prendas ha servido como estrategia de separación para muchos a lo largo de la historia. Aquí te traemos algunas para que las conozcas.
Crinolinas
Estas faldas, representativas de la época victoriana, eran esenciales para la mujer del Siglo XIX. En esta época, se aprovechaba el extremo tamaño de la prenda para mantener la distancia de los hombres en eventos sociales y mantener la honra de la mujer.
La anchura del traje se lograba a través de un armazón de círculos de distintos tamaños, aumentando el diámetro de la cintura para abajo. La estructura podía ser de acero, o madera ligera, y se cubría con numerosas faldas o enaguas que creaban una apariencia lisa al vestido final. Eran símbolos de riqueza, pues se necesitaba ayuda del servicio para colocarlas y una casa suficientemente grande para transitar usándolas. En su momento, previnieron que muchas mujeres se contagien de viruela o el cólera.
Sombreros
Con los tiempos industriales, las faldas anchas dejaron de ser efectivas para la mujer moderna de sociedad. Esto no significó que se dejaran de utilizar accesorios que promovieran su separación física del otro género. A inicios del Siglo XX, los accesorios para la cabeza comenzaron a ser el furor en las calles.
Los sombreros con arreglos florales o taxidermia no eran artículos nuevos en el guardarropa femenino, pero sí una respuesta rápida a la necesidad de mantener la distancia y moverse con rapidez. No era vital que este tenga un diámetro exagerado. El principal potencial del accesorio estaba en los detalles: los alfileres que sostenían los arreglos servían como armas de defensa personal. Podían ser sacarlos en segundos y utilizados para herir a algún hombre que intentara sobrepasarse. De está manera, una mujer con sombrero se convirtió en una amenaza y era mejor mantenerse alejado de ella.
Mascarillas de pájaro
Los primeros pasos de las mascarillas como accesorio generalizado se dieron en la época de la peste negra. Esta enfermedad se caracterizaba por fuertes dolores de cabeza, inflamación de ganglios que generaban hemorragias, vómitos y fiebres que debilitaban al paciente hasta el punto de la muerte.
Por una época, se pensó que el virus se contagiaba por el aire y la aves, por lo que la máscara servía para ahuyentarlas. Además, la forma de pico servía para disminuir el hedor que generaban los enfermos. El atuendo se acompañaba por trajes de cuerpo completo, guantes y sombrero, que se desechaban al terminar de tratar al enfermo. Este método fue más efectivo, ya que el virus se contagiaba por la picadura de pulgas. Al día de hoy, las máscaras se utilizan de manera lúdica en festividades como el Festival de Venecia.
Pañuelo
Los pañuelos han tenido una carga simbólica por muchísimos años: desde un retazo de tela blanca para asegurar la intención de paz, pasando por se el icono de una marcha por los derechos humanos, hasta su uso en el uniforme oficial de distintas milicias alrededor del mundo.
En el Perú, este accesorio tuvo gran impacto durante la época colonial y los primeros años de la república, en la forma de la tapada limeña. Se asumía que el origen de la tendencia era moro, por la similitud con el atuendo de las mujeres musulmanas. Con el tiempo, los primeros transvestidos del país lo adoptaron para diferenciarse entre la multitud y generar incógnita, alejando comentarios no deseados. Con su versatilidad, el día de hoy un pañuelo puede representar la falta de recursos para conseguir un artículo de bioseguridad contra el covid-19.
Bastones
Por muchos años, el bastón se ha usado como una herramienta de asistencia para el tránsito. Invidentes y adultos mayores se apoyan en ellos para cubrir la falencias de sus cuerpos. Pero, también han sido usados para exigir respeto o temor por parte de las autoridades.
Durante la peste bubónica, los médicos los utilizaban para distanciarse efectivamente de los familiares de sus pacientes. En la época medieval, eran utilizados por militares de alto rango, previniendo la interacción con subordinados. Hoy en día, en menor tamaño, son un artículo representativo de las fuerzas del orden.
En tendencia: coronavirus
En la actual coyuntura, es esencial repensar el vestir como un ejercicio de protección personal. Diseñadores alrededor del mundo han tomado la iniciativa y creado nuevas formas de perpetuar la distancia con el vestir. Estas son algunas de ellas.