La mejor manera de promover la moda sostenible es promoviendo el uso y la recuperación de prendas de segunda mano, para que tengan un tiempo de vida mayor, a su vez, no genere un impacto dañino y agresivo contra el medio ambiente
Escribe: Very Navarro
La industria de la moda se ha convertido en una máquina de producción masiva y barata de manera estacional. Siempre con las últimas tendencias, originando un consumo sin culpa, provocado por el modelo dominado por las grandes cadenas textiles. Esto esconde una realidad de destrucción medioambiental. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la producción textil a gran escala genera el 10% de todas las emisiones de carbono del planeta.
Ante este panorama, se inició emprendimientos en los negocios de ropa de segunda mano en buen estado, con el objetivo de crear un espacio donde las mujeres se aventuren en reusar prendas de otros armarios. Además, es una alternativa para mujeres que deseen reciclar, comprar y ganar dinero por su ropa a través de las redes sociales.
Punto Seguido conversó con Maryori Trujillo y Samantha Tornero, emprendedoras y socias del proyecto Second Moon, quienes nos manifestaron que, al principio, se presentó como una idea de innovación de sus propios armarios. Por el momento, su público son mujeres, pero prometen que llegarán hasta los varones y pequeños de la casa. Asimismo, podrán encontrarlas en Instagram como secon.dmoon.
“La ropa estaba nueva o solo tenían un uso, después ya no lo volvíamos a usar y nos preguntábamos qué podemos hacer”, menciona Tornero.
El mercado de segunda mano tendrá un crecimiento exponencial en los próximos años, con una facturación cerca a los 77.000 millones de dólares para el 2025, según estudio de GlobalData y ThredUp. Esta última es una compañía estadounidense que elabora y publica de manera anual informes de las tendencias que detecta en el mercado, junto a un acuerdo con GlobalData, una consultora especializada en datos.
Se debe agregar que, hubo un consumo acelerado en la moda de segunda mano por la pandemia. Además, el uso de ropa de segunda mano ya existía y era puesto en práctica por algunos, pero ha tomado relevancia a raíz del confinamiento y los cambios en los patrones de consumo. Por ende, el informe mencionó que hubo un aproximado de 33 millones de consumidores que compraron por primera vez ropa de segunda mano durante el confinamiento del 2020 en Estados Unidos.
Como se recuerda, el país norteamericano se encuentra entre los más contaminantes, a su vez con las economías más ricas, pero que causa el 75% de los gases de efecto invernadero de todo el planeta, según la Cumbre del Clima de la Organización de las Naciones Unidas en su edición 25 (COP25).
¿Cuál es la situación del fast fashion en el Perú?
Nuestra industria textil no tiene el mismo poder económico para sostener un sistema como el de Estados Unidos. Sin embargo, tenemos la mano de obra barata, un ejemplo de ello, es la marca Lacoste que se fabrica en el país. También tenemos los materiales baratos, ya que, las marcas peruanas prefieren trabajar con las telas hechas en Perú y telas fabricadas en China que también son baratas.
Sin embargo, no hay marca peruana que tenga una exorbitante demanda y capital como para igualar a las tiendas como H&M, Zara y Forever 21 en el sistema de producción acelerada. Por lo tanto, no hay marcas fast fashion peruanas.
Con todo lo mencionado, existe evidencia que hubo un cambio de paradigma, los viejos conceptos comienzan a desaparecer y se empieza a ver de manera optimista el futuro del planeta y nuestra responsabilidad en su consumo.
En la siguiente infografía de PS podrás conocer más sobre qué medidas optar como consumidor y qué hacer con la ropa que ya no utilizas.