Haití aún no logra recuperarse de la tragedia que azotó al país en el 2010. Ahora, dos desastres naturales, la inestabilidad política y la crisis sanitaria mundial colocan al país centroamericano en una mayor situación de crisis. (Foto: Pixnio / Gary Brunette)
El dinero será destinado a ayudar a los más de 800 mil haitianos afectados por el terremoto que sacudió el país el pasado 14 de agosto y el paso de la tormenta tropical Grace.
Escribe: Ana Paula Sánchez
El pasado 14 de agosto, un terremoto de 7.2 grados azotó a Haití, dejando más de 2200 muertos y alrededor de 600 mil personas en situación urgente de vulnerabilidad, según la Agencia de Protección Civil de Haití. El país caribeño, además, debe enfrentar las consecuencias del paso de la tormenta tropical Grace. Por esta razón, la Organización de las Naciones Unidas ha hecho un llamado para lograr la recolección de 187.3 millones de dólares que servirán para atender la situación de emergencia que vive Haití.
Del total de dinero, alrededor de 120 millones se destinarían a seguridad alimentaria, educación y refugio. Asimismo, el Fondo de Población de las Naciones Unidas solicitó 9.2 millones de dólares para ser invertidos en resguardar los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres afectadas por la catástrofe natural, así como para la prevención y respuesta a la violencia de género.
Otras entidades, como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y UNICEF, han hecho pública su preocupación frente a la crisis humanitaria que se vive en Haití debido al colapso de hospitales y la falta de capacidad del gobierno para hacer frente a la situación. Carissa F. Etienne, directora de la OPS, pidió a la comunidad internacional hacerse presente mediante el suministro de equipos adecuados, medicamentos y personal médico para la atención de heridos y personas en condiciones vulnerables.
“Lo que necesitamos es personal sanitario, suministros y equipos para tratar a los pacientes con traumas, lesiones, enfermedades agudas, enfermedades crónicas y problemas mentales”, indicó Etienne.
Haití vive una época complicada. No solo aún no se recupera de los estragos dejados por el terremoto del año 2010, sino que a la crisis humanitaria se le suma la inestabilidad política que se acentuó con el asesinato de su presidente Jovenel Moïse, el pasado 7 de julio. El país caribeño, el más pobre de América, es una nación que depende enormemente de la ayuda internacional para hacer frente a sus problemas.
Sin embargo, la ayuda externa no es suficiente para brindar atención a los más de 800 mil haitianos que sufrieron la pérdida de sus hogares, la muerte de sus familiares y aquellos cuya salud se encuentra en condición crítica a causa del desastre. La movilización de la ONU y los grupos de apoyo extranjeros es limitada. Las zonas más alejadas y profundas del país aún no han recibido ningún tipo de ayuda.
Fiametta Cappellini, representante de la Fundación AVSI, un grupo de ayuda que realiza labores de apoyo en Haití, declaró al New York Times cómo la mala gestión de recursos y la respuesta tardía del primer ministro Ariel Henry, quien asumió el cargo de mandatario luego del asesinato de Moïse, han imposibilitado que se establezca un plan de contingencia efectivo.
“Todo es muy lento. La actual crisis política tiene un impacto terrible en la respuesta de emergencia. Todo está tardando más de lo habitual, incluidas las decisiones críticas sobre cómo ayudar a la gente. Hay muchas promesas de ayuda, pero en realidad se está haciendo muy poco”, contó Cappellini.
El terremoto y el paso de la tormenta tropical Grace también ponen en riesgo el poco avance que se ha conseguido en relación a la pandemia por el coronavirus. Una pequeña población de 26 000 haitianos ha sido vacunada. De este grupo, tan solo 500 personas han recibido la segunda dosis, según datos brindados por el periodista haitiano Gotson Pierre para el canal France 24.