Hace más de diez años, en la ciudad de Tingo María, Paul Vallejos se cruzó con un niño llamado Nilton. ¿la primera impresión? Era ciego del ojo derecho. Desde ese entonces, el fotógrafo lo “adoptó” como su hijo para acompañarlo el resto de su vida.
Texto: Luis Ángeles Loayza
Fotografías: Cortesía Paul Vallejos
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Con una carrera fotográfica exitosa, Paul Vallejos, comenzó a convivir con Nilton desde que él tenía 13. Su padre falleció hace 4 años y su mamá vive en Tingo María con sus otros hermanitos. Al día de hoy no lo ha adoptado, pero es como si fuese su hijo. “Quise ayudarlo para que recuperara la vista y lo traje a Lima a vivir conmigo. Yo lo llevo a las reuniones con mis colegas para que no se quede solo”
Una mañana, el fotógrafo Fidel Carrillo le enseñó a Vallejos unas imágenes de invidentes tomando fotos y no pasaron más de dos días para que Nilton preguntara: ¿Tú crees que yo pueda hacer fotografía? Desde ese momento comenzó con una cámara digital antigua, una Fujifilm que es fácil de maniobrar. “Le enseñé que si giraba la tuerca del diafragma para un lado, el lente se abría más y podía entrar más luz y viceversa. Aprendió muy rápido”.
Al día de hoy, Nilton forma parte de la iniciativa Foco Interior teniendo un proyecto atractivo. Captar el fútbol en las periferias de Lima, pues a él le gusta el deporte. Paul, por su parte, agota toda las oportunidades para que su “hijo” pueda ingresar a la universidad con un programa inclusivo que promueva la igualdad de oportunidades.