Con la prohibición del desplazamiento de vehículos particulares, aparece una gran oportunidad para promocionar la bicicleta. ¿Qué falta para garantizar su uso?
(Foto: Municipalidad de Lima)
Escribe: Rafael Calagua Bedoya
El 20 de septiembre iniciaron los domingos sin inmovilización social obligatoria en Lima y Callao, pero con impedimento de circulación de vehículos particulares. Frente a ello, por más que se garantizó el correcto funcionamiento del transporte público, muchos ciudadanos aprovecharon para disfrutar de la ciudad en bicicleta.
Desde temprano, diversos usuarios se animaron a desplazarse solos o en grupo con distintos paisajes urbanos como fondo, ya sea paseando o quizás practicando la ruta más eficiente para ir al trabajo. Esta misma dinámica ocurrió la semana pasada y la iniciativa sigue sumando adeptos. Entonces, qué falta para que eventos como estos se repitan todos los domingos y perduren de forma exitosa.
Como se recuerda, a raíz de la pandemia, el gobierno priorizó el uso de la bicicleta por ser un vehículo que permite respetar la distancia de al menos un metro entre personas que sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso, se anunció la instalación de una red de 301 kilómetros de ciclovías provisionales en la capital, las cuales deben cumplir un ancho para unidireccionales y bidireccionales de 2 y 3,20 metros, respectivamente, de acuerdo a los manuales de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML).
No obstante, existe otro factor de similar importancia: la señalización. Si ya se cuenta con ciclovías, el siguiente paso involucra garantizar la seguridad de estas. Para Kely Alfaro, miembro de Actibícimo, es necesario reducir la velocidad permitida para autos en determinados cruces para disminuir el riesgo de atropello. “Puedes convivir con los autos, pero si prefieres hacerlo en bicicleta deberías sentirte igual de seguro porque las necesidades de desplazamiento son variadas y se debe aspirar a tener espacios compartidos”, detalla.
Por otro lado, el alcalde Muñoz ya ha instalado algunos semáforos para ciclistas, pero estos aún son insuficientes y también sería prudente mejorar las intersecciones. Precisamente, un video del 2014 realizado por el planificador urbano estadounidense Nick Falbo, muestra que lo ideal sería aumentar el ancho de las veredas en las esquinas para que se conviertan en refugios para los peatones.
Mayor seguridad
Otra preocupación aparece al momento de encontrar estacionamiento, por lo que muchos atan sus bicicletas a postes, bancos u otras superficies. Sin embargo, la percepción de inseguridad va en aumento y según el Informe Técnico de Inseguridad del último semestre hecho por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), a nivel nacional urbano, 1 de cada 100 personas de 15 y más años sufre el intento de robo de su vehículo (automóvil, mototaxi, motocicleta o bicicleta).
Dicha exposición puede desanimar a algunos ciclistas que, ante la falta de espacios confiables para estacionar y el miedo de ser víctima de un hurto, prefieren usar el transporte público. Aunque resulta oportuno mencionar que existe una norma vigente que establece que entidades públicas y privadas deberán contar con lugares exclusivos que representen el 5% del área de estacionamiento, según el Decreto Supremo que aprobó el Reglamento de la Ley N°30936 que promueve y regula el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible.
Además, la publicidad tiene que ser el medio para incentivar el manejo de bicicletas los domingos mediante campañas sobre educación vial. Alfaro sugiere que se compartan a través de las municipalidades porque la promoción del uso de este vehículo beneficia la salud pública. Como vemos, existen las condiciones, pero es de suma importancia que las autoridades sean rigurosas con la difusión de normas y criterios de velocidad.