Punto Seguido conversó con Carlos Cornejo, periodista que trabajó en Canal N y hoy dirige su empresa de comunicaciones.
Redacción: Lorely Requejo y Giandiego Núñez
Video: Valeria Mogollón
Carlos Cornejo trabajó en televisión durante largo tiempo. Ahora, dirige ‘La Factoría’, un espacio web que inició con su compañera de Canal N, Carla Harada. En esta entrevista, nos comenta sobre los desafíos de informar en una plataforma digital y la importancia de seguir trabajando con rigurosidad.
-¿Cómo aprovechan los espacios donde no existe la presencia de los medios tradicionales?
Nos dimos cuenta que sí era posible -con los medios técnicos que teníamos- estar en algunos momentos de coyuntura, donde a veces los ‘grandazos’ no están. Por ejemplo, marchas estudiantiles, expresiones LGTB, espacios más alternativos, arte urbano; es decir, en cosas en las que podíamos estar y en un sentido de coyuntura.
-Cambiar el foco…
Exactamente. Nosotros podíamos contar otras historias, incluso en coyuntura, con otros públicos, en otros lugares y en otras situaciones. Sin embargo, hay una lógica instalada desde hace mucho tiempo, que es esto de la primicia, de ‘ganamos’ en el sentido que nosotros lo contamos primero, pero también de ganar la posibilidad de patinar. Como todo es más inmediato, hay menos tiempo para confirmar la información. Algunas notas son creadas para generar un sentido de la información, pero el sentido es otro. Entonces, sí, entramos en un sentido de coyuntura donde sentíamos que podíamos ganar un pequeño nicho, pero no es nuestro norte mayor. Si estamos ahí, bien. Hemos creado dos productos para mantener nuestras historias y abocarnos a ellas: las notas de cierre en la noche, que salen lunes miércoles y viernes, y las reacciones, que son notas muy de coyuntura. Pero nuestro eje tiene que ver con nuestras historias de contexto, historia de gente que nadie se ocupa.
-Ha pasado que esas historias no generan mucho tráfico en la web, y es lo que se busca. ¿Cómo manejan este tema?
Publicar videos en redes sociales y publicar en televisión no es lo mismo. El community manager (CM) tiene que ser lo suficientemente hábil como para encontrar los nichos de personas o de grupos que podrían consumir esa información y etiquetarlos para que les llegue esa información. Pero tienes la necesidad de trabajar eso con un buen CM, porque poner algo así y que se viralice es muy difícil en principio. Tendrías que tener gatitos y perritos porque si no, no se viraliza. Lo segundo que te diría es que el algoritmo de Facebook también nos ha golpeado en la medida en que hacemos noticias.
-¿Por qué?
Ahora se prioriza la interacción personal por encima de las noticias. Hacen que nuestros contenidos caminen más lentamente, desarrollen un recorrido de muchos menos impacto que tenían antes. Nosotros, con tres años, tenemos alrededor de 18 mil seguidores, todos orgánicos, porque no han puesto un centavo para generar interés. O sea, cada persona que nos sigue lo hace porque algo hicimos bien y eso le gustó.
-Seguir y dejar de seguir se han vuelto clics constantes en las nuevas plataformas de información. En la encuesta que realizamos, algunos jóvenes afirmaron que confían más en ellas. ¿Cree usted que existe una actitud positiva hacia los medios modernos como fuentes más veraces?
Con respecto a la veracidad, no puedo discutir si es el soporte el que le quita la veracidad a la noticia, o sea, una noticia no es más veraz porque está en la web. Una noticia es más veraz tanto en el reportero o reportera le haya dado un sentido más rico. Es verdad que la web te permite más tiempo para contar la historia, para escribirla. El periódico tiene sus límites como una cantidad de caracteres. La televisión tiene tiempo y la web sí te permite contarlas. Pero yo no hablaría de veracidad en función al soporte, sino en función a quién te cuenta la información y cómo es que te la cuenta. Hay gente que está haciendo las cosas en redes de forma estupenda. Además, del contenido de Internet, hoy, es el 60% en video.
EL ESPECTÁCULO VERSUS LA NOTICIA
-En esa línea, ¿cuál es la prioridad actual de La Factoría?
Estamos intentando cosechar lealtades, aficiones y simpatía por parte del público sin ponerle un sol, sin poner dinero a nuestros contenidos. El caminar es más lento, el proceso es más lento. Todo el tiempo estamos probando si hay error, si funciona o qué no funciona y tenemos unos números mínimos que siempre queremos estar por encima de ello. A veces lo conseguimos y a veces no.
-Este es un punto interesante, sobre lo que funciona y lo que no. En los diarios también sucede. ¿Qué temas considera usted que funcionan en medios?
A nosotros nos van bien con las reivindicaciones. Cuando reivindicamos los nombres de personas que han hecho algo y la gente se olvida, nos va muy bien.
-¿Y en cuanto a los videos en vivo en Facebook?
Tenemos un programa de debate los días jueves que se llama “Porfiados», donde sacamos al periodista de la mesa. Los invitados saben que estarán en un programa donde tendrán que administrar sus emociones y sus ímpetus. En 26 programas no hubo algún problema. La semana pasada tuvimos un programa sobre fútbol -es imposible escapar del fútbol o algo que no sea fútbol en las próximas tres semanas- y probablemente una noticia no relacionada a ello va a tener menos atención y nos preguntamos aquí dentro… bueno, ¿tan monotemáticos somos? ¿No hay más que el fútbol? Me preguntaba si no estamos perdiendo un poquito el orden. Le quitan la sanción a Paolo y todos van corriendo hacia Doña Peta. ¿Dónde está la noticia de una mamá que está molesta? Lo interesante por encima de lo importante; el espectáculo versus la noticia.
-Los usuarios también reclaman, en algunas circunstancias, la falta de información en los medios…
Hay que mirar con detalle. Cuando le preguntas a la gente qué contenido le gustaría ver en su televisión, te dicen cultura. Pero a la hora de la hora no consumen lo que dicen que quieren consumir. La última marcha (‘Cerremos el Congreso) no fue como lo que pasó con Ni Una Menos. Nosotros sabíamos que iba a ser multitudinario; los canales armaron toda una plataforma de transmisión. Cuando vi las bombas lacrimógenas estoy seguro que el 4, el 2 y el 9 hubieran sido felices ahí.
-¿Qué lecciones le ha dejado migrar de la televisión hacia la plataforma digital?
Como sociedad, avanzamos a una forma de informarnos con más video y menos texto, pero no perdamos de vista que la construcción del video empieza en un papel, el relato periodístico empieza en un papel. Lo que hay que hacer es hacer nuestro trabajo bien: ser riguroso, contrastar fuentes y publicar, que es lo que siempre ha hecho el periodismo. Los soportes cambiarán, vendrán otros, confiaremos más en uno que en otros, pero el fondo del asunto sigue siendo el mismo.
–Y ensuciarse los zapatos.
¡Vaya! Claro que sí.