Nazia Loayza desarrolló un prototipo para purificar el agua contaminada en la zona del Vraem.
Escribe: Fabrizio Jauregui
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Durante los últimos años, en el distrito de Santa Rosa (Ayacucho) y otras localidades cercanas, los niños han estado bebiendo agua color marrón (también conocida como agua turbia). Nazia Loayza, ingeniera química, busca revertir esta situación mediante un prototipo de planta de tratamiento de agua.
Según detallan las cifras del ‘Plan Estratégico para el Desarrollo del Vraem (Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro), nueve de cada diez pobladores de las comunidades rurales carecen de conexiones de agua potable, en los centros poblados los números incrementan:97% de habitantes no tiene acceso a estos servicios básicos. Además, es muy común encontrar casos de gastritis y anemia a edad prematura. La joven ingeniera de 24 años espera cambiar estas cifras.
“Cuando era pequeña, sobre todo, en la época de lluvias, la calidad del agua era mala y estaba presente el tema de contaminación. Me motivó hacer algo por la necesidad de mi zona y aportar de alguna manera para cambiar la situación», sostiene Loayza
Así nació la idea de una planta para el tratamiento de aguas contaminadas. Actualmente en el Vraem existen varias plantas que no funcionan, son ‘elefantes blancos’, como menciona Nazia. Esto se debe en parte a que el personal no está capacitado o que no hay profesionales que puedan operarlas. Lo que se busca a través de esta iniciativa es contar con plantas de tratamiento que puedan implementarse en zonas rurales con poblaciones pequeñas que tienen los mayores indices de desnutrición.
«A través de este módulo podemos dar agua de calidad. Al estar en la universidad, los profesionales que terminen sus estudios sabrán cómo usarlo y esto nos permitirá escalar para hacer una planta. Si hay mayor presupuesto podrían hacerse réplicas para llegar a zonas más altas donde no es tan viable hacer plantas», finaliza Nazia.
Además de disminuir los niveles de turbiedad, este prototipo también se puede aplicar con las aguas ácidas. Este tipo de aguas son producto de la actividad minera y pueden perjudicar los ecosistemas de las comunidades, serían aguas más corrosivas y tóxicas. Se espera que esta iniciativa aporte en mejorar la calidad de vida de los pobladores y proveer de un recurso limpio a las comunidades.