A algunos meses del inicio del mundial de fútbol en Qatar, se empiezan a descubrir historias tristes sobre las personas que lo hicieron posible. Conoce más sobre ellos.
Escribe: Pedro Revolledo
El mundial de fútbol de Qatar 2022 está a unos meses de comenzar. Con los grupos ya decididos y con la selección peruana a un partido de clasificar, la emoción por la fiesta más grande del fútbol ya comenzó. Sin embargo, la historia detrás de este evento es polémica y genera todo menos algarabía.
¿Por qué deberíamos ver más allá del balón?
Desde que se hizo oficial que Qatar iba a ser la sede del mundial de fútbol del año 2022, a la par con las renovaciones de los estadios para inaugurar el evento, se comenzaron a ver y escuchar una serie de críticas en contra del país asiático en relación a los derechos humanos.
Diversos medios afirmaron que el trato que se les brindaba a los trabajadores inmigrantes que renovaron los estadios era inhumano. El movimiento global “Amnistía Internacional”, reconocido por ser activista a favor de los derechos humanos, criticó fervientemente la organización de la copa del mundo y realizó un reportaje sobre los abusos que se han dado.
Por su parte, el diario The Guardian reveló que desde que Qatar fue anunciada como sede, 6500 trabajadores inmigrantes de diferentes nacionalidades han perdido la vida en trabajos con pésimas condiciones. De todas estas muertes, el gobierno de Qatarí ha informado que “sólo 37” se dieron en la renovación de sus estadios. Pero no todos les creen.
Amnistía Internacional (AI) en su reportaje ya mencionado, recopiló cifras sobre el trabajo de los inmigrantes en el estadio de Jalifa. De los 1.7 millones de trabajadores que hay en Qatar, 3200 trabajaron en Jalifa, 243 sufrieron y se quejaron de explotación y de trabajo forzado.
“MI VIDA AQUÍ ES COMO ESTAR EN UNA CÁRCEL. EL GERENTE DE LA EMPRESA DIJO: SI QUIERES QUEDARTE EN QATAR, CIERRA LA BOCA Y SIGUE TRABAJANDO.” Deepak, obrero del estadio en Jalifa.
AI también hizo pública las ocho formas de explotación que se dieron en las preparaciones para el próximo mundial: elevadas comisiones de contratación, terribles condiciones de vida, mentiras sobre el salario, retrasos en los pagos, no poder abandonar el lugar de trabajo, no poder salir del país, amenazas constantes y por último, el trabajo forzado.
“Aún recuerdo mi primer día en Qatar. Prácticamente, lo primero que hizo [un agente] que trabajaba para mi empresa fue quedarse con mi pasaporte. Desde entonces, no lo he vuelto a ver” Shamim, jardinero que trabaja en Bangladesh.
Entonces, a meses de comenzar la copa del mundo, quizás deberíamos concentrarnos y reflexionar sobre los hombres y mujeres que harán posible este evento futbolístico y las terribles penumbras que han vivido, antes de celebrar un gol.
Si quieres saber más sobre la situación en Qatar, no te pierdas el podcast de Punto Seguido.