Clase virtual. Encontrar un espacio exclusivo para la realización de tareas es lo más recomendado (Foto: Andina).
La educación en el Perú enfrenta un gran desafío. Las universidades, tanto públicas como privadas, están tratando de encontrar la fórmula más adecuada para brindar sus servicios. Ante esta realidad, ¿qué nos pueden contar alumnos que estudian bajo esta nueva forma de enseñanza?
Escribe: Sara Camacho
Por ahora, solo algunas universidades pueden ofrecer la experiencia de una clase virtual, y es que estos centros de estudio ya contaban con una herramienta de respaldo o previeron la propagación del Covid-19 y, rápidamente, contrataron una plataforma virtual. En primer lugar, los estudiantes entrevistados destacan la calidad que las herramientas de enseñanza, como Blackboard y Zoom, comparten. Estas presentan atractivas cualidades, tales como la opción de compartir pantalla, tanto para alumnos como para profesores; la grabación de clases para poder retornar a un detalle que no quedó claro o no se recuerda; la accesibilidad desde distintos dispositivos como laptops, tablets y celulares; y la facilidad en el uso de ellas. También, resaltan el factor comodidad que ofrecen las clases impartidas desde sus casas, ya que les puede brindar “tranquilidad”. Otro aspecto en el que concuerdan algunos entrevistados es el hecho de que los profesores fomentan la participación de los alumnos pues, como comenta un estudiante, “como es un nuevo reto, y los profesores tienen tantas ganas de que salga bien, preguntan a cada rato”. Además, consideran que los maestros se encuentran más pendientes a sus correos, ya que antes no había una retroalimentación tan rápida.
Por otro lado, se reconoce que algunas carreras se verán severamente afectadas en el caso de un cese irrevocable de la enseñanza presencial. En el caso de profesiones como ingeniería (en todas sus áreas), medicina, música, diseño gráfico, arquitectura, arte, escultura, y entre muchas otras, es necesario del ejercicio en laboratorios, estudios o de trabajos de campo. En el caso de cursos de medicina, los estudiantes tienen que estar en contacto directo con pacientes. Los alumnos de estas carreras serán los más perjudicados, pues el Ministerio de Educación prevé que las clases se dictarán de forma remota por todo el año 2020, según mencionó el presidente Martín Vizcarra en conferencia el pasado 17 de abril.
En los casos más extremos, estudiantes optaron por retirarse por completo de la universidad. Emily, estudiante de diseño de modas, junto con otras compañeras de su mismo ciclo, decidieron postergar su último año. De los 7 cursos en los que se matriculó este ciclo, solo podía llevar 2 de ellos. Además, la universidad le iba a cobrar la misma mensualidad por ellos, y este último factor fue el detonante de su resolución. Así como ella, los alumnos de las instituciones privadas opinan que lo más justo es la reducción en las pensiones. Algunos apuntan por el lado humanitario, pues no todos los estudiantes pueden pagar las mensualidades actualmente: sus padres, apoderados o ellos mismos no pueden trabajar para costear su educación. Otros señalan que la calidad de enseñanza no es la misma, por el hecho de que las instalaciones no están siendo usadas, ni tampoco todos los implementos que ayudan al aprendizaje del alumno y eran antes ofrecidos por las universidades.
Por último, el gran interrogante es el futuro de las clases de los estudiantes de universidades públicas. En un comunicado del 16 de abril, la Universidad Nacional Agraria La Molina decidió posponer el inicio académico del ciclo 2020-1 hasta el mes de julio y, actualmente, se encuentran en un proceso de virtualización. En el caso de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se puso a votación si se ejercerán clases de forma virtual o si se pospondrá el ciclo. Frente a lo que el Minedu prevé, la Decana de América ha informado a sus alumnos que en los siguientes días se les enviará un comunicado con la fecha en la que iniciarán sus lecciones virtuales. La Universidad Federico Villarreal mandó a sus alumnos un anuncio indicando que la capacitación de los maestros sobre las plataformas virtuales se iniciaría el 6 de abril. Después de ello, no comunicaron nada más y no se han abierto las matrículas. Otro aspecto importante, y una realidad en nuestro país, es el hecho de que no se puede asumir que todos los alumnos de universidades cuenten con laptops, tablets o celulares capaces de soportar las aplicaciones necesarias. Aparte de ello, no todos cuentan con un buen servicio de internet o, llanamente, no cuentan con uno.
La realidad es que la pandemia del coronavirus no permite que el inicio de clases presenciales tenga una fecha definida. Como está analizando el Ministerio de Educación, lo más probable es que estas se reanuden en el 2021. Ante el creciente número diario de contagiados por el Covid-19, lo más óptimo es que las autoridades tomen las medidas que sean necesarias para garantizar la salud de los estudiantes.