En la marcha del 31 de marzo participaron diversos colectivos de mujeres trans. Imagen: propia
Activista desde hace casi 20 años, Karla Lino decidió fundar el comedor popular Nancy de Lino en el Callao en 2020. Allí brinda apoyo, mes a mes, a decenas de mujeres trans que atraviesan situaciones de vulnerabilidad.
Redacción: Bruno Rondón
Karla Lino es una mujer transexual oriunda del Callao. Es la presidenta de la Asamblea de Mujeres Trans del Callao. Ella nació y creció en medio de la podredumbre y las carencias. A pesar de nacer varón y llamarse Carlos, practicó el travestismo desde adolescente, a espaldas de su familia y su entorno más próximo. Sin embargo, se ganó el respeto de los vecinos en una ciudad donde predomina la violencia y la discriminación.
Junto con Taki Robles, una activista transexual desde hace 24 años y presidenta de la Asociación Amigas por Siempre, son dos de las principales voces del activismo trans en el Perú. Ellas consideran que las mujeres trans sufren estigma, abuso, discriminación y violencia en esta sociedad.
«Diariamente asesinan a mujeres transexuales», comenta Taki Robles. «Las mujeres trans están expuestas a violencia de todo nivel, no solo discriminación o insultos, sino también golpizas, ataques y asesinatos», añade.
De acuerdo con datos brindados por la Organización de Naciones Unidas (ONU), mediante su Agencia para los Refugiados y poblaciones vulnerables (ACNUR), una mujer trans tiene nueve veces más probabilidades de sufrir violencia física que una mujer cisgénero.
En el año 2022, un informe del portal de investigación Ojo Público, con información del Ministerio Públicó, reveló que cerca del 45.5% de los asesinatos a personas del colectivo LGTBI ocurridos en el Perú no ofrecen hipótesis claras sobre la causa del homicidio. Es decir, se asume que son por otros móviles, como delincuencia común o celos.
El comedor popular Nancy de Lino
Por todas estas razones, en el año 2021, en la cuadra tres del Jiron Guisse, a cuatro cuadras del mercado del Callao y a dos cuadras de los Barracones del Callao, uno de los barrios más peligrosos del Peru, Karla Lino fundó el comedor popular Nancy de Lino.
En este lugar no solo se brindan almuerzos, sino también apoyo emocional, talleres de prevención sexual, comités de debate, entre otras actividades, a decenas de mujeres trans semanalmente.
El comedor lleva el nombre en honor a Nancy, la fallecida madre de Karla y que siempre le brindó apoyo. Imagen: propia
Karla es una mujer ocupada. Es la protagonista de esta historia, al menos la más importante. Es una pieza esencial para que todo esto funcione: el comedor popular, la Asociación Civil de Mujeres Trans Amigas por Siempre, la Asamblea de Mujeres Trans del Callao y, sobre todo, la importancia que tiene el comedor para esta comunidad. Principalmente, es la responsable de haber convertido al comedor en un espacio seguro para una minoría que sufre el estigma de una sociedad que no visibiliza sus derechos.
«Nosotras vivimos en una sociedad que promueve este discurso de odio hacia nosotras. A todas las chicas de este comedor nos han violentado. Esa violencia se manifiesta tanto física como verbalmente. Todas las chicas del comedor somos sobrevivientes de alguna forma. Y eso es lo que nos une y nos hace más fuertes», señala Karla.
La dura realidad de las mujeres trans
Una mujer trans en el Perú sufre discriminación a todo nivel, desde el aspecto social hasta el laboral. Según Leila Huertas, fundadora de Féminas —la primera organización sin fines de lucro para defender a las mujeres trans—, ellas están expuestas a todo tipo de violencia, pues la gran mayoría se dedica a la prostitución callejera.
Esto las arrastra a sufrir extorsiones, asesinatos, chantajes. Un ejemplo muy claro es el de Gina Rodríguez, mujer trans asesinada en 2021. Este caso está a punto de ser archivado sin que la Fiscalía haya profundizado demasiado en la investigación del homicidio.
En ese sentido, Karla, junto con Taki, organizaron una marcha el pasado 31 de marzo porque consideran ese día como el Día de la Visibilidad Trans. El punto de encuentro fue el cruce de las avenidas Sáenz Peña y Buenos Aires, en el Callao. Ellas comentan que necesitan ser visibilizadas, que sus derechos sean respetados y que el estigma que tiene la sociedad peruana hacia las mujeres trans se erradique o, al menos, disminuya.