La compleja realidad de los colegios públicos y privados queda en evidencia tras la llegada de la pandemia del COVID-19. (Foto Andina)
Escribe: Aarón Alvarado y Alonso Alvarez
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El mundo atraviesa una crisis en la actualidad. Debido a la pandemia generada por el coronavirus, muchas actividades se han visto perjudicadas. Algunas de estas han sido suspendidas y otras han debido cambiar su método. La educación escolar optó por la última opción: cambió su método tradicional.
La situación en los colegios particulares y colegios estatales es muy distinta y es una clara muestra de la falta de equidad y la gran centralización que hay en nuestro país. No solo hay una diferencia entre las instituciones escolares particulares y estatales, sino también entre los propios colegios del Estado.
Mientras que colegios como el Teresa González de Fanning (colegio estatal limeño) han optado por utilizar la aplicación WhatsApp para dejar tareas, mandar videos y de ese modo tener una óptima comunicación entre profesores, padres de familia y alumnos, los colegios de zonas rurales se deben valer de los pocos recursos que se les ha brindado. El programa Aprendo En Casa se postula como una solución a este problema. Mediante un horario en la televisión, radio e internet se da educación a los escolares. Sin embargo, en la práctica no ha sido del todo efectivo puesto que, según el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería, el 6% de la población no cuenta con servicio eléctrico.
Martín Benavides, el titular del Minedu anunció que el programa Aprendo en Casa daría empezaría el 21 de marzo y así fue. Esta estrategia combina medios digitales, televisión y radio con la finalidad de poder darle educación a todos. De igual modo, tendría al menos 10 lenguas originarias y lenguaje de señas. Con esto se buscaba que nadie se quede fuera del barco de la educación. Sin embargo, con el pasar de los días, los medios desnudaron la falta de equidad y que el Perú no está listo para poder ofrecer educación de calidad para todos.
La comunidad de Kantati, en la provincia de Huancané es un ejemplo de esta desigualdad ya mencionada. En esa comunidad hay 50 alumnos que día a día deben caminar dos kilómetros y escalar los cerros aledaños para poder captar la señal de radio y escuchar el programa “Aprendo en Casa”. Al igual que esta comunidad hay otras comunidades como la de Cañicuto y Hualayoq que atraviesan dificultades similares.
Debido a la precariedad en la que vive parte de la población peruana, se anunció que se brindarán cerca de un millón de tablets para que no haya una “desventaja” en las zonas rurales. Estas tablets vendrían con un cargador solar y con dispositivos para que la conexión a internet no se pierda debido a la ubicación geográfica del estudiante. Estas serían entregadas a los estudiantes de primaria a partir del cuarto grado y para los estudiantes del nivel secundario. Cabe resaltar que esta medida fue anunciada el 18 de abril y según Martín Benavides la entrega de estas está prevista para fines de junio.
¿Qué le depara el futuro a la educación?
Las clases presenciales en el Perú no volverán hasta que haya una vacuna o un tratamiento efectivo para el coronavirus, así lo dijo Martín Vizcarra el 19 de mayo. Pese a todos los esfuerzos, este año escolar es un año muy difícil para un gran sector de la población y la educación brindada no responde del todo a la malla curricular correspondiente.
El ministro de Educación, Martín Benavides, expresó que ningún alumno perderá el año escolar. Si bien es cierto, el gobierno actual ha hecho su mayor esfuerzo, la educación que se brinda en esta coyuntura no llega a acercarse a la de una educación con clases presenciales. Palmira Navarro, profesora de educación inicial en la Escuela Adventista Buena Esperanza, opina que el gobierno debería brindar una educación con un método similar al de los particulares. Para ella, la educación brindada por radio y televisión no es suficiente y lamentablemente, los alumnos que reciben ese tipo de clases no deberían de pasar de grado, puesto que hay muchas actividades y competencias que se están dejando de lado.
El Perú ha sabido combatir al coronavirus en la hoja, pero en la práctica no. Pese a todos los esfuerzos, es casi imposible que a corto plazo se pueda revertir esa situación.