Por: Fernando Merino
Alianza Lima y Universitario se enfrentaban una vez más en el viejo estadio Alejandro Villanueva, o como todos lo conocen: “Matute”. Un sábado de fútbol que muchos esperaban para ver jugar a los dos equipos más populares de este país. Algunos se juntaron para tomarse unas cervezas y ver el partido. Otros; en cambio, optaron por acudir al estadio y vivir de cerca lo que significa un clásico.
***
Un clásico distinto a otros. El estadio estaba abarrotado por hinchas que esperaban con ansias el inicio del partido; sin embargo, el ambiente no era el mismo. Las tribunas estaban solamente pobladas por hinchas aliancistas; y, en ellas, solo se escuchan los cánticos del equipo local. Los grandes ausentes fueron los simpatizantes de Universitario. La esencia de estos partidos no solo es la competencia dentro del campo de juego, sino también la euforia de las hinchadas. Por motivos de seguridad, las autoridades decidieron que el partido solo se juegue con hinchas del equipo blanquiazul. En las gradas del viejo Matute no se vivió un clásico total; a pesar de ello, en el campo de juego ambos equipos mostraron un partido atractivo. Los hinchas aliancistas en la tribuna se quedaron con el grito de gol en la garganta, cuando el delantero Lionard Pajoy erró un gol clarísimo a los 11 minutos de juego. Segundos después, Andy Polo, delantero de Universitario, también perdió un gol cantado y, de esta manera, el partido seguía empatado.
***
Los hinchas de Alianza Lima estaban preocupados porque su equipo no conseguía el gol de la tranquilidad. Llegaban al área, más no concretaban las oportunidades y la “U” mostraba falencias defensivas que no eran aprovechadas por sus contrincantes. Los silbidos inundaban las tribunas y algunos hinchas recordaban, una a una, a las madres de los futbolistas. El ambiente se hacía más tenso con el pasar del tiempo, ya que en el minuto 39 el árbitro le anuló un gol a Lionard Pajoy. Esta vez, el referí fue el centro de atención y punto de desahogo de los aficionados. Quizás en ese minuto su santa madre no pudo descansar tranquila. Todo cambió cuando en el minuto 43’ Luis Trujillo, lateral aliancista, marcó el primer gol del compromiso. Pero la felicidad para el cuadro local duro muy poco; Universitario también atacaba y, poco a poco, se iba asomando al arco que protegía Leao Butrón. Con ello, finalizó el primer tiempo y, si bien, iba ganando Alianza; el cuadro crema también llegaba con peligro. En el descanso algunas personas aprovechaban para ir al baño, comprar algún alimento o inmortalizar su visita a través de una foto. Los 15 minutos del medio tiempo pasaron volando y los equipos regresaron raudos a la cancha. El trámite del partido fue el mismo, es decir dos equipos que se atacaban mutuamente. La “U” fue un poco más preciso con el balón y, por momentos, fue dueño de la zona media. Es así como, en el minuto 15 del segundo tiempo, el colombiano Juan Pino empató el partido y silenció el estadio. Un gol raro, sí, pero bastó para aguarle la fiesta a los fanáticos aliancistas. A 5 minutos del final le anularon un gol al capitán crema, Hernán Rengifo, y los ánimos empeoraron.
***
El partido fue parejo y el resultado así lo demuestra. Los aficionados de la blanquiazul se fueron molestos y en las gradas no había fiesta, todo era malhumor. Un marco espectacular en las tribunas y los miles de asistentes esperaban que alianza gane con corazón y un juego bonito. Sin embargo, la garra crema salió a flote y por segunda vez en el año la “U” se van sin perder en Matute.