La joya arquitectónica de los Barrios Altos reunió la historia de Lima y su música en un solo evento que conquistó a los asistentes.
Redacción y video por : Alejandra Canchanya
En una de las zonas más concurridas del centro de la ciudad, se ubica un barrio aristocrático que fue de gran popularidad en Lima durante el siglo XIX, la Quinta Heeren. Posee un conjunto de emblemáticas casonas de estilo europeo que en 1880 fueron construidas por el ingeniero alemán Óscar Augusto Heeren. Ha llegado a ser sede de las embajadas de Japón, Bélgica, Alemania, Francia y Estados Unidos y fue, también, lugar del primer zoológico del país y la primera cancha de tenis en Lima.
En un área de 36 mil metros cuadrados la Quinta Heeren ha sido escenario de jaranas que duraban hasta tres días, pero también de episodios terribles como el suicidio del empresario japonés Seiguma Kitsutani. Sus pasillos estrechos, jardines adornados con jarrones y esculturas, y anécdotas la convierten en un referente histórico de la Lima de antaño y en un espacio lleno de vida y cultura.
Música y baile en La Quinta Heeren
Durante el feriado de San Pedro y San Pablo, el viernes 29 de junio, el enigmático lugar abrió sus puertas al público para dar un paseo histórico por sus mansiones, villas y plazuelas con la guía del historiador David Pino y disfrutar de la ciudad del siglo pasado reflejada en un solo espacio.
Al atardecer, Ricardo Scaglia Avilés, cantautor y ganador del premio» Cervantes a la Excelencia Mundial» ofreció un espectáculo a los asistentes de la mano de otros iconos de la música criolla como las aclamadas voces de Pocha Vasquez, Sonia Berrocal, Yody Rojas, Doña Piedad Monterroso, entre otros.
Fueron dos horas de concierto donde antes de cada canción, David Pino relataba una historia sobre la capital y sus personajes. Así, frente a una de las casonas, uno se imaginaba a la Perricholi, a Chabuca Granda o a Alicia Maguiña. Y como ésta última canta en su famoso vals “Estampa limeña”, el perfume del anticucho invadió, de pronto, el lugar.
Se repartió este plato con chicha morada que más el ambiente arquitectónico y la música criolla sumergieron a los presentes en lo más profundo de la tradición de Lima. Al finalizar, la reconocida bailarina de marinera limeña, Alejandra Ambukka, danzó en un vestido blanco con el cual cerró el espectáculo y se robó la admiración y aplausos de todos los asistentes.
Resistencia histórica
La residencia que alguna vez, fue el lugar preferido de muchos artistas como Victor Humareda, hoy se resiste a desaparecer. Está deshabitada y necesita una restauración completa. La familia Pardo Escandón, propietarios y descendientes del ex presidente peruano José Pardo y Barreda, la han puesto en venta con la condición de preservar al menos el 70% de la propiedad.
Mientras, David Pino a través de “Lima la única” sigue ofreciendo recorridos mensuales con historia y música que tienen el fin de mantener vivo el pasado de la Quinta Heeren.