Solo algunas universidades contaban con la logística necesaria para adecuarse a la virtualidad al inicio de la pandemia. (Foto: Pexels)
Miles de alumnos peruanos que perdieron un ciclo en el 2020 debido a la pandemia tendrán que cursar tres ciclos en este 2021.
Escribe: Bryan Poma
La disposición del Estado de suspender las clases presenciales en todos los niveles obligó a una reacción inmediata de las instituciones educativas de educación superior. Mientras algunas universidades, como la UPC o la PUCP, contaban con la logística necesaria para dar apertura inmediatamente a las clases virtuales, son muchas las que tuvieron que debutar forzadamente en la virtualidad si querían continuar con sus actividades académicas. Esto ha obligado a muchas de ellas a condensar tres ciclos para el año académico 2021.
Una de las casas de estudio que menos preparada estaba para esta situación fue la Universidad Nacional de Cajamarca (UNC). La institución no contaba con una plataforma virtual adaptada para brindar clases virtuales, ni docentes capacitados para usar las plataformas digitales. Debido a esto, la institución decidió suspender indefinidamente sus actividades, sacrificando el periodo 2020-01.
En palabras de Wilfredo Poma, decano de la Facultad de Agrarias de la UNC, para este medio, “la mayoría de docentes no estaban capacitados para dar clases virtuales y más del 60% del alumnado viene de provincias, pueblos y caseríos donde no disponen de internet. Decidimos cancelar las clases para solucionar esto. Recibimos un presupuesto de dos millones de soles del Estado, el cual lo invertimos en la capacitación de los profesores y en brindarles un celular y un chip a nuestros estudiantes que figuraban en el Sistema de Focalización de Hogares (SISFOH) como ciudadanos en situación de pobreza”.
La UNC reanudó sus actividades en la segunda mitad del 2020. Con los docentes capacitados y la mayoría del alumnado contando con un equipo electrónico y conexión a internet, las clases se desarrollaron de manera eficiente. Pero los meses perdidos no iban a volver, así que el Consejo Universitario de la institución decidió calendarizar el periodo 2021 para cursar tres ciclos en el año. La mayor parte del alumnado reaccionó positivamente porque esto significaba recuperar los meses perdidos por la pandemia.
“Al principio todos nos emocionamos con la idea, porque significaba que terminaríamos la carrera en el tiempo que teníamos pensado, pero cuando comenzó el ciclo 2021-01 se sintió el golpe. Ahora los profesores dan más trabajos y menos plazo de tiempo para entregarlos. Como son cursos de últimos años, son más complicados y más difíciles de hacer, por lo que aumenta un tanto el estrés, además con esto de la pandemia y los familiares enfermos, también la ansiedad”, declaró Frank Salazar, alumno de sociología de octavo ciclo de la UNC.
En este sentido, además de los beneficios en cuestión de tiempo, es cierto que puede haber un importante perjuicio a la salud de los alumnos. La mayor exigencia para cumplir con las actividades académicas en un menor tiempo, además de la gran variedad de situaciones perjudiciales a la economía de los propios alumnos o sus familias, puede generar que la salud mental de estos jóvenes se deteriore significativamente.
En palabras de Sofía Nanfuñay, psicóloga especializada en el tema clínico educativo, “en el año 2019, Minedu sacó unas cifras en cuanto al estado de salud mental de los universitarios en donde prevalece mucha más ansiedad. Esto ha ido incrementando mucho más con la pandemia. Si hablamos de alumnos que están en ciclos apresurados para cursar tres en el año, esto puede detonar cuadros fuertes de estrés, ansiedad y angustia al punto de verse reflejados los síntomas no solo en su salud mental, sino también en su salud física”