Iguaín es uno de los distritos más afectados por la pobreza, precarios servicios de comunicación y graves déficits de salud y educación del Perú. Sin embargo, desde el 2015 han logrado hacerle frente a uno de los males más preocupantes de la infancia.
Escribe: Sandra Zambrano
El distrito de Iguaín, en la provincia de Huanta, región Ayacucho, cuya capital cuenta con una población de aproximadamente 2 697 habitantes, el cual está ubicado a 3 026 metros sobre el nivel del mar. En tan solo 3 años, logró reducir la anemia del 65% al 6,3% en menores de 5 años, un número considerable para ponerle fin a esta enfermedad. El método utilizado captó la atención de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por la mirada multisectorial hacia un problema sanitario que involucró a la comunidad, el aliado primordial. Este logro fue resaltado por la exministra de Salud, Silvia Pessah, durante una visita a la localidad.
Pessah dijo que la reducción de la anemia en Iguaín se debe principalmente al consumo de productos locales, promovido por las autoridades, personal del centro de salud, responsables de los programas sociales, docentes y padres de familia. Mencionado también que el modelo debe ser replicado en otras zonas del país.
Los trabajos y planificaciones para reducir la taza de anemia en Iguaín se vienen promoviendo desde el 2015. En declaraciones para el diario El Comercio, el exalcalde de Iguaín, Eusebio Quispe, precisó que su gestión conformó un equipo técnico multisectorial con la finalidad de reducir la alta taza, que en ese entonces alcanzaba el 65% y afectaba a 7 de cada 10 niños menores de 3 años.
«En Iguaín el 30% de los niños están bajo el cuidado de sus abuelos. La mayoría de los adultos trabajan en la chacra y regresan a sus viviendas a las 7 p.m., hora en que los visitábamos para sensibilizarlos y enseñarles a mejorar su alimentación con los productos agrícolas de la zona, como la papa, quinua, maíz, entre otros. Además, les enseñamos a fortalecer los alimentos con los micronutrientes que nos brinda el Estado», mencionó.
A pesar de ser uno de los pueblos peruanos más azotados por la pobreza extrema y la poca información que contaban los adultos sobre la correcta alimentación que deberían tener sus hijos, lograron sobrellevar el problema de la anemia, sin duda, el gran avance que han logrado es digno de replicar.
Gracias a estos alcances, en 2019 la experiencia del distrito fue reconocida por la OMS con el premio Sasakawa para la salud. Pero fue recién dos años después, a inicios de 2021, cuando la estrategia quedó en manos de un equipo técnico liderado por Gary Mendivil, antropólogo social; Edson Villantoy, biólogo; Eduardo Santa Cruz, ingeniero químico; y Deisy Porras, estudiante de enfermería, un grupo diverso de profesionales que ayudó a derribar la enfermedad al 6,3 % en casi siete meses, otorgándole una mirada integral a la lucha y fortaleciendo la estrategia a través del vínculo constante con la comunidad.
Sin embargo, la situación de la anemia a nivel nacional sigue siendo alarmante y preocupante. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), basado en la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, en el Perú el 40.1 % de los niños de 6 a 35 meses sufre de anemia, esto equivale aproximadamente a casi 700 mil niños menores de 3 años anémicos de 1.6 millones a nivel nacional. Siendo uno de los índices más altos en América Latina y, bajo la mirada de (OMS), “un severo problema de salud pública”. Esta situación alarmante ha hecho que el gobierno actual tenga como objetivo reducir al 19 % hasta el 2021, mediante el Plan Nacional de lucha contra la anemia, para lograrlo era fundamental el trabajo y apoyo del Gobierno Nacional junto con los gobiernos regionales y locales. Sin embargo, el objetivo no se alcanzó.
Según el diario La República, en un informe del Colegio Médico del Perú apunta que las razones del fracaso se deben a la escasa y discontinua intervención del sector salud, la falta de compromiso de los niveles subnacionales de Gobierno, la esporádica acción de comunicación social y el desconocimiento de muchos servicios de salud en torno a la norma de prevención y tratamiento de la anemia, aprobada y publicada en abril de 2017. Debido a estas razones, es lamentable afirmar que el Perú sigue siendo un país donde apenas la tercera parte de los niños cubre sus necesidades de hierro al día, conforme al Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (Cenan).