*La feria realiza subastas todos los sábados con donaciones de los propios feriantes. Entre los premios se resaltan figuras de acción, carros de escala y funkos.
Cada fin de semana, en la cuadra uno de la avenida Miguel Grau, los amantes de lo coleccionable se reúnen en la Feria Manya para adquirir, intercambiar y compartir piezas con historia. Desde carritos Hot Wheels hasta figuras vintage, vinilos y cosplay, este espacio convoca a apasionados como George Avendaño, Emma Torres y otros coleccionistas en un espacio que busca consolidarse como punto de encuentro para la cultura pop nacional e internacional.
Escribe: Mell Macuri (Periodismo Digital)
Para Sebastián Valdez, cada sábado comienza con su rutina exacta: alinear en su extensa mesa los carritos por series y colocar, en un lugar muy tentador, su Nissan Skyline R34 Red Line. No es el más caro ni el más antiguo, pero sí uno de los más buscados por los fans. En su puesto de la Feria de Coleccionistas Manya, ese modelo japonés de Hot Wheels representa algo más que un objeto de colección: es un símbolo de dedicación y perseverancia.
“Este carrito lo tenemos aquí en la tienda en 400 soles y sale mucho en lo que son las líneas japonesas”, comenta Sebastián, con la seguridad de quien conoce su valor, no solo en soles, sino en horas de búsqueda. Como buen coleccionista, ha buscado traer lo más exclusivo para sus clientes, por lo que ha viajado a países como China, Japón e incluso Rumania, solo en busca de piezas de calidad y a precios cómodos para el público. “Personalmente he traído de diferentes países, siempre para hacer el negocio. En el exterior puedes conseguir un mejor precio que aquí”, explica.




*Sebastián indica que los visitantes también van en busca de opciones más económicas como el modelo Lincoln Continental: «es otra presentación ya viene en cúpula, es un carrito que te vale 220 soles, es otra pasada, abre las puertas, tiene llantas de otras características, etc.», explica.
La Feria de Coleccionistas, instalada en la primera cuadra de las avenidas Miguel Grau y Paseo de la República, se ha vuelto el lugar perfecto para coleccionistas que, como él, buscan demostrar su amor por las figuras. Desde las 10 de la mañana hasta el anochecer, cientos de personas recorren cada stand con nostalgia y con la emoción de hallar algo único. Desde su fundación en 2018, ha crecido significativamente, atrayendo a más de 10,000 visitantes cada fin de semana, según el promedio administrativo. En esta edición, se cuenta con 420 feriantes activos, una cifra que refleja el crecimiento del evento y que se espera continúe aumentando en las próximas convocatorias.
Sin embargo, no todos son momentos agradables. En 2024, la feria presentó inconvenientes con un posible cierre debido a la construcción de un edificio en la Av. Miguel Grau 122. Esto alertó a los feriantes. “Sí me perjudica, porque tendría que buscar otro espacio y además tendría que tomar en cuenta el costo de los stands, porque actualmente pago 35 soles en Manya por una mesa, lo cual es bastante accesible en comparación a otros espacios”, comenta Francisco Pizarro, coleccionista entrevistado por Sebastián Canessa en su artículo “La Victoria: preocupación entre los expositores y coleccionistas de la Feria Manya por la posibilidad de perder su espacio en la Avenida Grau”.
A pesar de estos tropiezos, Manya ha sabido superarse tras la cancelación del proyecto y el cambio de administración de la feria en 2024. George Avendaño, actual administrador y el hombre detrás del proyecto, es más que un agente administrativo: es un coleccionista con más de una década de experiencia y parte activa del mundo que ha contribuido a construir. “El coleccionista no solo se va a quedar con los sábados. Los domingos vamos a hacer súper eventos, vamos a tener activaciones, va a haber torneos de diferentes tipos y vamos a tener carros. Estamos conectados con la comunidad de autos a escala, entonces tenemos unos proyectos muy bonitos de acá en adelante”, agrega.


*George Avendaño comenta que, por ahora, los domingos solo funciona la mitad de la feria por la menor cantidad de gente. Sin embargo, el objetivo a corto plazo es que se active todo el espacio.
De lo moderno hasta lo más vintage, las figuras clásicas con personajes como Mario Bros para un Game Boy hasta figuras de acción de los ThunderCats no tienen pierde. Y allí es donde entra Ricardo Montero, coleccionista de piezas de los años 50 a los 2000, con más de 7 años de trayectoria. “Godzilla es la pieza más cara que tenemos. Ahorita, la figura de metal está saliendo por 1200 soles. Se diferencia bastante de las otras que se pueden ver por aquí”, explica mientras sostiene con delicadeza la figura. A pesar de su material noble, el fragmento de una época es tratado con suma delicadeza debido a su antigüedad.
Ricardo reconoce que el valor no siempre es visible a primera vista: algo que se puede ver tan simple, en realidad, tiene un peso histórico que repercute en su valor. A ello se le suman los compuestos, es decir, los materiales, la conservación y el origen. “Quienes de verdad conocen del tema miran más allá del precio”, agrega.




*Ricardo vende principalmente figuras de Godzilla, con precios que van desde los 40 soles para los modelos más pequeños, hasta los 1200 soles para las piezas más grandes y detalladas.
Y es que para ser coleccionista no solo basta con reunir cosas porque si, este es un arte. José Ramos, gurú coleccionista y miembro de la organización Tribu Colectora explica que una colección con criterio implica conocimiento, “saber, sobre todo, la historia del producto y evaluar si, a largo plazo, su valor aumentará, tanto sentimental como monetariamente. Hay piezas, como las monedas, que representan momentos históricos, y ese hace que valgan más”, indica. No se trata solo de lo raro o lo antiguo, sino del significado que guarda cada objeto y del impacto que ha tenido en su época.
Este espíritu del que habla Ramos, se ve reflejado especialmente en un puesto ubicado a una esquina de la feria, donde podrás pasar del reggae de Bob Marley a los clásicos de Sinatra de un minuto a otro. Miguel Soto tiene una afición por la música que inició hace 20 años y que hoy se ve reflejada en una valiosa colección que puede llegar a los 15 mil soles, con el vinilo “Let It Be» de “Los Beatles”.
Para encontrar este tipo de “joyitas”, como muchos visitantes las llaman, debes primero conocer la historia detrás de cada producto y, segundo, ser un Van Helsing de los juguetes. “Lo que son las ferias, es venir de cacería. Venir de cacería es cuando uno viene a buscar en cada stand qué es lo que puedes encontrar que es un tesoro para ti. Por ejemplo, un tesoro para mí es este Blastoise. Y ya lo compré, desde el 2019. Este es mi tesoro”, destaca Emma Torres Camacho, un personaje difícil de pasar por alto.
Vestida de Blastoise, personaje de la serie animada de los 90, Pokémon, Emma es la representación nata de la pasión y el buen humor que puede dar una serie o un ícono representativo. “El cosplay es parte de esto. Representa lo que uno ama. Este traje te puede costar unos 200, 500, hasta 1,000 soles, por la elaboración, los materiales y demás”, comenta mientras muestra su caparazón.
En los concursos realizados, cientos de aficionados mezclan la diversión del cosplay con sus habilidades de canto. El sábado 26, por ejemplo, se realizó un concurso de canto donde los fans de los animes tomaron protagonismo cantando “openings” (música de introducción) y “endings” (música de los créditos) de sus series u OVAs (Original Video Animation, cortos de 2 a 3 capítulos). Los premios suelen ser figuras de edición limitada o hasta figuras de tamaño real.




*Emma Torres, es coleccionista de tazos y álbumes de Saint-Seiya y de Dragon Ball. Además de coleccionar pelucas para sus cosplays.
La Feria Manya es más que una colección de stands, es un lugar donde el tiempo se pausa por un momento y cada objeto le devuelve a cada visitante la posibilidad de comenzar una historia nueva, que en 20 años no tendrá precio.