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Según la Organización Mundial de Salud (OMS) el miedo, la preocupación y el estrés son respuestas normales en momentos en los que nos enfrentamos a la incertidumbre, a situaciones desconocidas, de cambios o crisis. Por lo que es normal y comprensible que las personas experimenten estos sentimientos en el contexto de la pandemia por COVID-19.
Escribe: Diana Dagnino
La salud mental no es de los temas más discutidos en el país. Con el pasar de los días, semanas y meses, se puede evidenciar la estigmatización contra este ámbito del cuidado personal que se hace presente en la sociedad peruana. Puesto que según el Instituto Nacional de la Salud Mental (INSM), el 84% de personas con problemas de salud mental no lo reconocen por miedo a los prejuicios establecidos dentro de la sociedad.
Sin embargo, ¿Qué otros factores influyen para que esta cifra no disminuya tras dos años de pandemia?.
La llegada de la pandemia por COVID-19 en el año 2020, afectó a muchas personas cuando se vieron obligadas a cumplir con el confinamiento impuesto por el Estado. Presentándose ciertas consecuencias como síntomas de depresión y ansiedad.
El pasado 16 de marzo del 2020, el presidente a cargo, Martin Vizcarra, decretó cuarentena general en el país y cierre de las fronteras durante 15 días con la finalidad de combatir contra el tan temido virus que amenazaba a la población peruana.
Dentro del contexto de COVID–19 un total de 313,455 casos de personas con depresión fueron atendidos a nivel nacional durante el 2021 a través de los diversos servicios de salud mental, reflejándose un incremento de 12% de casos en relación a los meses previos al inicio de la pandemia, informó la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa). Además , en Perú, el 73,4% de los padres o cuidadores considera que el permanecer en casa por la cuarentena afectó la salud mental de sus hijos e hijas, según una encuesta realizada por la UNICEF el año pasado.
Por otro lado, según el estudio epistemológico de salud mental en hospitales, realizado por el Instituto Nacional de Salud Mental (INSM), en Lima, una de cada ocho personas ha sufrido algún trastorno mental ocasionado por el COVID-19 durante el año 2020.
A pesar de las altas cifras presentadas en diferentes estudios, el país aún no cuenta con la cantidad de establecimientos necesarios para atender la salud mental de todos los peruanos. Según declaraciones de la ministra de Salud, Silvia Pessah, para el bicentenario el país contaría con 280 Centros de Salud Mental Comunitarios para brindar atención especializada e integral de promoción, prevención, y tratamiento de la salud mental para los peruanos.
Sin embargo, según últimos datos actualizados por el Minsa el 18 de agosto del presente año, el país cuenta con 210 Centros de Salud Mental Comunitarios que garantizan la continuidad de los cuidados de las personas, de acuerdo a las condiciones de vulnerabilidad que presenten.
¿A quiénes afecta mayormente los problemas de salud mental?
Según un estudio realizado por el Consorcio de Universidades en el 2021, de los más de 7 700 encuestados, se identificó un 39% de estudiantes con síntomas de depresión y un 31% con pensamientos suicidas en tiempos de pandemia. Además, las personas que más afectadas se ven ante esta problemática son quienes carecen de recursos económicos para recibir la atención adecuada, situación que se ha agravado post pandemia.
Es importante resaltar que los trastornos mentales diagnosticados –como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, ansiedad, autismo, trastorno bipolar, trastorno de la conducta, depresión, trastornos alimentarios, discapacidad intelectual y esquizofrenia– pueden perjudicar considerablemente la salud, la educación y las condiciones de vida de una persona.
Es por ello que el Minsa organizará la Encuesta Nacional Especializada de Salud Mental en las 25 regiones del país, contando con una muestra de 56,476 peruanos. El principal objetivo es evaluar los principales trastornos de salud mental y el acceso a los servicios de salud mental de todos los peruanos y con los resultados de dicha encuesta se estima disminuir la brecha de acceso a la salud mental que enfrenta el país desde hace varios años atrás.