Foto: World of Warcraft
Escribe: Aarón Alvarado Follow @PS_UPC
Diversos científicos estudiaron este acontecimiento para poder comprender el comportamiento de las personas en una situación de crisis.
El brote de coronavirus parece ser como una especie de dejavú para mucho de los jugadores que experimentaron una pandemia similar dentro de World of Warcraft hace más de 10 años. Y es que resulta que Blizzard, la empresa desarrolladora del videojuego de rol multijugador masivo en línea más famoso del mundo decidió lanzar el 13 de setiembre de 2005 el parche 1.7.0, el cual introdujo una misión cooperativa en la que los gamers debían visitar un nuevo territorio llamado Zul’Gurub y derrotar al jefe final llamado Hakkar.
Una vez los jugadores llegaban a la mazmorra donde se ubicaba este ‘boss’ debían enfrentarse en una batalla que podía durar varios minutos. Cabe rescatar que cada jefe final tiene una habilidad especial y en este caso Hakkar tenía un hechizo llamado Sangre Corrupta.
Se suponía que el poder debía durar solo unos segundos y funcionar mientras esté vivo Hakkar en Zul’Gurub; sin embargo, debido a un fallo ocasionado casualmente por Blizzard las mascotas de los personajes no se llegaban a curar de este virus.
Es así como no tardó en extenderse a través del mundo virtual una vez que algún personaje invoque su mascota infectada en las ciudades. Fue así como de manera casual se generó un brote masivo de este hechizo que era altamente mortal.
Pese a que Blizzard pidió a sus jugadores que guardaran cuarentena voluntaria o que estos se alejen lo más posible de las ciudades infectadas, la plaga duró hasta el 8 de octubre de 2005, cuando Blizzard arregló este error e hizo que los animales fueran inmunes al hechizo.
Modelo para investigación en la vida real
La pandemia de la Sangre Corrupta fue estudiada de manera científica por el doctor Eric Lofgren (Washington State University) y la doctora Nina Fefferman (University of Tennessee), quienes querían analizar cómo fue el comportamiento de las personas frente a una situación similar en la vida real y publicaron en agosto de 2007 un artículo en conjunto en la revista The Lancet.
Ahora, ambos doctores están combatiendo la propagación del COVID-19 y comentaron que fue una gran ilustración y simulación de cómo sería el comportamiento de las personas ante un virus muy contagioso y letal.
Por otro lado, en marzo de 2007 Ran Balicer, médico epidemiólogo de la universidad Ben-Gurrión del Néguev de Israel, publicó un artículo en la revista Epidemiología sobre las similitudes que tuvo esta plaga con los brotes de SARS y gripe aviara.