Por: Romina Badoino
Ha pasado más de una semana desde que Donald Trump ha sido electo como el próximo presidente de los Estados Unidos. Una ola de protestas contra él se esparce por ciudades como Los Ángeles, Chicago y Nueva York. Mientras tanto, han comenzado a aumentar síntomas de xenofobia y racismo, ahora empoderados por el discurso del nuevo presidente.
“No eres mi Presidente”. “Estamos aquí para quedarnos”. “Utiliza tu voz. Importa”. Estas son algunas de las frases que se pueden leer en más de las doce protestas que surgieron desde el pasado 9 de noviembre en ciudades como Los Ángeles, Portland, Chicago, San Francisco, Austin, Boston y Washington DC. Horas después de anunciarse el resultado final, el mundo pareció parar: medios de distintas nacionalidades anunciaban lo que hace un año se creía impensable: Donald Trump ha ganado las elecciones presidenciales. Y mientras en el Perú- y en varios países del mundo- los usuarios no dejaban de twittear, postear y publicar memes como si fueran sus propias elecciones nacionales- Donald Trump fue lo más buscado en Google por cuatro días consecutivos- muchos estadounidenses decidieron no quedarse con los brazos cruzados; salieron a protestar para decirle al mundo “ese no ha sido mi voto”.
Podría parecer que estas protestas se oponen al proceso democrático, sin embargo, son manifestaciones colectivas de rechazo a las ideas que Trump representa: impunidad ante el acoso sexual, racismo, xenofobia y ultranacionalismo. Este masivo rechazo se debe, principalmente, a todos los comentarios misóginos, racistas, y de odio que ha efectuado Trump durante toda su campaña. Para los opositores de Trump, que él haya salido vencedor es sinónimo de que las minorías en la sociedad americana –comunidad LGTBI, afroamericanos, latinos y musulmanes- serán aún más oprimidas. Y es que, tal como dice Ezra Klein del portal “Vox”, la pregunta difícil no es por qué Clinton perdió, sino el porqué de la victoria de Trump. Es decir, de toda la gente que apoya sus ideas.
Fuente: Tumblr
Odio incrementado
Aunque Hillary Clinton ganó en voto popular- Clinton recaudó 200 000 votos más que Trump- es innegable el apoyo que ha recibido el magnate neoyorquino. Según el diario El País, el 91% de los seguidores de Trump son blancos, de bajo nivel educativo y, en su mayoría, conservadores. Pero son las ideas que comparten estos electores lo que preocupa a una gran parte de la sociedad norteamericana y una gran mayoría de expertos internacionales. Y es que, según una encuesta realizada por la NBC, los seguidores de Trump creen que los inmigrantes deben ser deportados pues son una carga para el país; que poseer armas es un símbolo de orgullo; y que el cambio climático no es real, sino una invención de científicos que quieren boicotear la economía. Más preocupante aún, hacen oídos sordos a las más de denuncias sexuales que tiene Trump, a su trato despectivo hacia las mujeres, sus constantes burlas a latinos y sus prejuiciosas declaraciones.
Sin embargo, los ataques hacia los inmigrantes y otros extranjeros han ido en aumento desde que Trump ganó la elección. Así lo reportó BuzzFeedNews, quien informó ataques de bullying que están sufriendo estudiantes latinos. “Vas a regresar a México”, “Construye tu muro”, “Van a deportar a toda tu familia”. Estos sucesos han sido reportados en Detroit, Phoenix y Ohio y al parecer, son situaciones que se han incrementado cada vez más desde que Donald Trump se convirtió en una verdadera posibilidad. En setiembre del 2015, el diario inglés The Guardian anunciaba que la comunidad latina en Estados Unidos se sentía víctima de ataques raciales cada vez más frecuentes. Estos ataques suelen ser como los de los niños en sus escuelas; se dan a modo de insultos en situaciones cotidianos: en el supermercado, en los cafés, en los parques.
Mientras tanto, las protestas de #NotMyPresident no han cesado, como también, han comenzado a aparecer movientes sociales que buscan no quedarse callados. Tal es el caso de los “Post it notes” que se han expandido por todo el país con frases que buscan empoderar a las mujeres y de recordatorio que las mujeres valen más, no importa lo que diga Trump de ellas. Post it con frases como “We will be okay” (Vamos a estar bien), “we are strong” (Somos Fuertes), han sido puestos en baños públicos, en estaciones de trenes, y hasta en las oficinas de Google.
La frase de la campaña de Trump fue empoderar ideas nacionalistas bajo “make America great again” (Haz América grandiosa otra vez). Hoy, miles se defienden utilizando su mismo slogan: “El odio no nos hará grandiosos”.
Fuente: Fauve
Fuente: Annie Karni