Desde que el coronavirus empezó a ser catalogado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el viejo continente se ha convertido en uno de los focos mundiales de la enfermedad.
Escribe: Rómulo Zuzunaga
La región europea continúa sumergida en la emergencia de la pandemia del coronavirus. Hasta la fecha, países como Francia, España, Reino Unido, Portugal y Bélgica mantienen altísimos niveles de alerta por el alza de contagios debido a las variantes del virus del SARS-CoV-2. Si bien una de las principales respuestas al porqué del aumento recae sobre la flexibilización de ciertas restricciones, la realidad es que solo en este continente se acumulan casi 41 millones de casos y más de un millón de decesos.
De acuerdo con los datos presentados por la Agencia Internacional de Noticias Reuters, de cien casos positivos reportados en el mundo, 23 de ellos pertenecen a Europa. Además, se contabilizan un millón de nuevos contagios cada cinco días. La nación más preocupante es Francia, donde recientemente se implementó un nuevo bloqueo nacional para mitigar el avance de las distintas cepas. El Ministerio de Asuntos Sociales y Salud francés había comunicado la semana pasada que la escolarización primaria y secundaria era primordial y sería tomada como prioridad. Sin embargo, los planes cayeron cuando el presidente Emmanuel Macron impuso las nuevas restricciones, con toques de queda incluidos.
Por otro lado, el país vecino de España notificó casi siete mil nuevos contagios en solo veinticuatro horas, una cifra que no excede el récord de la primera ola, pero sí preocupa a los expertos de la salud por la creciente incidencia. La estrategia sanitaria parece descontrolarse por la presión y gran demanda sobre las unidades de cuidados intensivos, que ya tiene una ocupación del 19,9 %.
El caso del Reino Unido es muy similar, con la fallida flexibilización de restricciones a causa de más contagios. Si bien el programa de vacunación avanza y se extiende a los rincones más alejados, la realidad en cantidad de contagios apunta al confinamiento como nueva medida. Las protestas de un gran grupo ciudadano en Alemania, Austria y Bélgica significan una clara oposición a las medidas dictadas por el Estado.