Conocido como el barrio bendito, Monumental Callao se convierte cada fin de semana en una galería de arte a cielo abierto. Un tour atractivo alternativo que ha ido haciéndose cada vez más popular por sus paredes grafiteadas. Calles que alguna vez fueron intransitables por la inseguridad pero que hoy se lucen entre creativos talleres y mucho talento peruano. Uno de ellos es el artista LU.CU.MA.
Redacción: Liana Rivera / Celeste Chapoñan / Pablo Condori Quineche
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Luis Cueva Manchego, alias LU.CU.MA., tiene 65 años y se dice fuerte y poderoso. Nació en Lima. De niño trabajaba con su madre pero tras su deceso se sumergió en el mundo de la delincuencia por muchos años. Siempre al borde de la muerte, escapando de balacera en balacera. Cada una de esas experiencias están marcadas en su cuerpo, en cada corte en el brazo o en cada tatuaje que busca ocultar esos cortes. Un mirada intimidante, que refleja la voracidad con que cuenta cada una de sus experiencias en la cárcel, puede ser aterradora para algunos pero basta acercarte un poco para que conozcas la realidad detrás de su arte.
Sus obras retratan diversos personajes. Todos marginados. Entre los temas que pinta también resalta la política, corrupción, deslealtad, terrorismo y es que en cada trazo busca reflejar la situación de la realidad nacional. No faltan los íconos populares. Allí están Sarita Colonia, lo «cholo», las armas y la sangre. “Mis obras tienen mucha sangre», enfatiza.
Lo que sí es cierto es que Lu.Cu.Ma. pasó gran parte de su juventud encerrado. “Yo he sido bandido desde chibolo. He sido ratero, pájaro frutero (‘piraña’), asaltante, homicida… «, detalla. Sin embargo, luego de pasar 33 años en la cárcel, Luis Cuevas Manchego juró dejar “la pendejada” a través del arte y de un encuentro personal con Dios. Hoy, es un hombre de fe capaz de convertir al más escéptico de los hombres.
En muchas de sus obras plasma lo que ha sufrido y vivido en los penales. Lo que más resalta con tanto coraje y frustración son las experiencias abusivas ocasionadas en el Frontón. Es por eso que su principal objetivo es transmitir con mucha profundidad ese malestar en sus cuadro: “Mis cuadros hablan a través de mí”.
Su arte no solo es visto en Monumental Callao. A través de su cuenta en Facebook, expone sus pinturas. «Tengo contactos en Miraflores y San Borja que me compran y mandan hacer obras, con eso subsisto», dice. Además, ha dado charlas en diferentes instituciones para dar a conocer cómo un delincuente sí puede rehabilitarse a través del arte. Está próximo a viajar a Río de Janeiro para exponer su arte, por segunda vez.
De lunes a domingo desde las 11 de la mañana, el Jirón Constitución se llena de pinturas de colores fosforescentes, de trazos duros y que muestran, desde hombres comunes en cárceles hasta personajes políticos revolucionarios. Ahí se encuentra LU.CU.MA., trabajando en una nueva pintura o contando historias a los visitantes que con reticencia logran acercarse a su taller en Callao Monumental.