Luego de que el Ejecutivo, el 18 de marzo, impusiera el aislamiento social obligatorio como medida para frenar la propagación del coronavirus en nuestro país, miles son los ciudadanos que ya han sido detenidos. ¿Qué hay detrás de estas conductas?
Escribe: Lizeth Yarasca
Hasta el 30 de Marzo, el presidente Martín Vizcarra informó que, hasta ese momento, 33 mil ciudadanos fueron arrestados por incumplir lo impuesto por el gobierno. Ante esta resistencia por parte de la población, nuevas medidas restrictivas se han ido aplicando, como la ampliación del toque de queda desde las 06:00 p.m. Así como, el Decreto Supremo N° 057-2020-PCM, que establece que los varones transitarán los días lunes, miércoles y viernes, mientras que las mujeres, los martes, jueves y sábados.
Sin embargo, estas disposiciones continúan siendo no acatadas por una parte de la población que parecen no entender la gravedad del coronavirus. Para la psicóloga y psicoterapeuta, Rosmery Gallosa, estas actitudes forman parte de un trastorno oposicional desafiante (TOD).
“Este trastorno se caracteriza por la desobediencia, conductas desafiantes, conductas hostiles, más hacia las figuras de autoridad.”
De acuerdo con la especialista, estas personas no aceptan cuán vulnerables son ante el COVID-19, ello se suma el hecho de que las autoridades empiezan a limitarlas en su libre tránsito, imponiéndoles horarios establecidos. Y es ahí, donde la viveza criolla sale a flote. “Como todo peruano sacarle la vuelta a las normas y las reglas”, añade la psicóloga.
Adaptación
No obstante, a pesar de esta tradición cultural de la “viveza” de los peruanos, Rosmery Gallosa afirma que hay otra parte de la población que sí está respetando y obedeciendo las normas, y están demostrando la capacidad de autoadaptarse. “Hacer que la gente cumpla en esta cultura es realmente muy exitoso”.
Además, la psicóloga cree que esta adaptación servirá de ejemplo para las futuras generaciones, puesto que los más pequeños están siendo testigos que para sobrevivir, es necesario acatar las normas establecidas.
Respecto a las imágenes que han circulado sobre hombres haciendo largas colas para comprar sus alimentos, para ella representa un claro ejemplo de que sí se puede cambiar conductas. Ello también tiene que ver con el papel de las autoridades, si la imposición de las medidas restrictivas no hubieran sido de manera gradual, “la gente hubiera entrado en caos (…) el cambio conductual se da de a pocos”, aseguró Rosmery Gallosa.
Aprendizaje
Gallosa añade que, tras superar este periodo de crisis sanitaria, una nuevo aprendizaje va a quedar en nuestra sociedad. Las personas van aprender que, “no sacarle la vuelta a las normas, es algo positivo”. Además se van adquirir “nuevos hábitos de conducta, de cuidarme, de ver oportunidades, de aprender nuevas cosas, de ayudar a otros, en confiar en nuestro gobierno” concluyó.