Los tiroteos masivos que ocurren en Estados Unidos son producto de una cultura armamentística única en el mundo, una que no existe en el Perú ni en ningún otro país. Ahondar en el porqué es clave para entender la posibilidad de que este fenómeno se replique en nuestro país.
Escrito por: Valeria Flores Calderón
Estados Unidos es el único país del mundo donde hay más armas que civiles: 120 armas de fuego por cada 100 personas, según la organización suiza Small Arms Survey (SAS). Los tiroteos masivos que ocurren casi a diario se dan dentro de la cultura armamentística que caracteriza al país norteamericano, donde el derecho a portar armas está protegido por la Constitución y es considerado por muchos como sacrosanto, noción que no se comparte en el Perú ni en ningún otro país.
La tragedia más mortífera y más reciente sucedió en el estado de Alabama, donde cuatro personas fallecieron y 32 quedaron heridas la noche del 15 de abril en una fiesta de cumpleaños. Al cierre de esta edición, se han reportado más de 150 tiroteos masivos en lo que va de 2023, según el portal Gun Violence Archive (Archivo de Violencia de Armas de Fuego), una organización sin fines de lucro que registra estos incidentes.
Para el internacionalista Francesco Tucci, la violencia armamentística en Estados Unidos es un problema principalmente cultural. “La sociedad norteamericana es bastante violenta”, afirma. El acceso fácil a las armas ha hecho posible que esa violencia se eleve al nivel que observamos ahora. “En el Perú, no se da porque tenemos otra cultura. No es tan fácil acceder a armas de fuego, pero tenemos otros problemas: el sicariato, un número altísimo de feminicidios, violencia sexual”, agrega.
¿Qué dice la ley?
La tenencia de armas como un derecho constitucional, que surge de la interpretación histórica de la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, no tiene equivalente legislativo en el Perú. “La perspectiva predominante es de las licencias de posesión y uso de armas como un privilegio”, explicó el abogado José Saldaña para el portal Enfoque Derecho, “mientras que la primera es una excepción manifiesta”.
Cada Estado de EE.UU. tiene su propia legislación respecto a la tenencia de armas. En 2019, el British Medical Journal descubrió que aquellos estados con leyes de tenencia de armas más permisivas y mayor posesión de estas tenían mayores porcentajes de tiroteos masivos. A pesar de ello, en los últimos años, como explica el Instituto de Información Legal de la Escuela de Leyes de la Universidad Cornell, la Corte Suprema ha sentado diversos precedentes para reforzar la protección a la Segunda Enmienda.
La respuesta del gobierno federal, liderado por el presidente Joe Biden, ha sido optar por concentrar sus esfuerzos en fundar programas de seguridad escolar e intervención estatal en crisis mediante la promulgación de una ley bipartidista en junio de 2022. Más recientemente, en marzo de 2023, Biden firmó una orden ejecutiva que reforzó los controles para la venta de armas de fuego.
En el Perú, es la Ley N° 30299, «Ley de armas de fuego, municiones, explosivos, productos pirotécnicos y materiales relacionados de uso civil», la que regula la adquisición y uso de armas de fuego. “En el ordenamiento peruano poseer y usar armas no es un derecho fundamental”, señaló el abogado Saldaña, “por lo que es admisible constitucionalmente y deseable políticamente la existencia de limitaciones intensas”, concluyó.
Una cultura de violencia
Cada 4 de 10 adultos estadounidenses viven en una casa donde hay un arma. El 30% de ellos es el dueño de dicha arma, asegura una encuesta del Pew Research Center realizada en 2021. La actitud hacia la tenencia de armas varía extensamente entre etnias e inclinación política. La cosmovisión estadounidense es una que tiene una historia violenta: la cultura armamentística se extiende no solo a los tiroteos masivos, sino al apoyo militar y la violencia policial.
“Se puede identificar una de las causas principales de estos fenómenos: la alienación en la sociedad norteamericana”, asegura Tucci. El internacionalista señala a las personas que se han radicalizado en creencias, especialmente misóginas y supremacistas blancas, como las más propensas a convertirse en mass shooters. “Hay un problema serio de identidad y salud mental”, añade Tucci. “No se trata solo del acceso a las armas”.
La Segunda Enmienda ha sentado las bases de la cultura armamentística y la legislación que permite el fácil acceso a las armas en EE.UU. Este trasfondo histórico-cultural tiene relación directa con la polarización política en el país norteamericano. Esta impide la regulación de las leyes sobre armas tanto desde la creencia como desde los intereses económicos, pues debemos recordar que Estados Unidos es el mayor exportador de armas del mundo.
“Estados Unidos es una potencia hegemónica”, recuerda Tucci. “Las críticas de los aliados son mínimas”. Si potencias rivales pueden solo comentar respecto a la violencia armamentística, países como el nuestro solo observan desde fuera. La cultura de violencia en el Perú, como explica el internacionalista, tiene un trasfondo completamente distinto. El marco jurídico tampoco promueve una cultura de armas, por lo que imaginar un panorama como el estadounidense es casi imposible.